«Elegimos irnos lejos de nuestros hogares y nuestro país, al que amamos, preferimos convertirnos en extranjeros en tierra ajena, con toda la pena y los sufrimientos que esto implica, antes que convertirnos en parte de ese mal y esa violencia inhumana contra los inocentes». Este es un pasaje de la conmovedora carta enviada al papa Francisco por algunas familias cristianas iraquíes que desde hace algunos meses están refugiadas en la parroquia de Naour en Jordania. El padre Rifat Bader, director del «Catholic Center for Studies and Media» de Amán y párroco en Naour, se la entregó al Santo Padre –el pasado jueves, 5 de marzo–después de la misa matutina celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta. El padre Bader compartió amablemente la misiva con ZENIT. A continuación publicamos el texto íntegro:
EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO – AMÉN
SU SANTIDAD PAPA FRANCISCO – SANTA SEDE (VATICANO)
Querido Padre,
Nosotros, cristianos iraquíes, que vivimos en Jordania fuimos obligados a emigrar de nuestras tierras por el poder del demonio, de la oscuridad y la esclavitud, a pesar que no hemos cometido ningún mal que justifique nuestra partida.
Nuestra única culpa es la de llevar el nombre de Nuestro Señor y Salvador Jesús y las buenas obras de amor y paz para todas las creaturas.
Ante la elección de dejar de ser cristianos o ser asesinados, debimos abandonar nuestras tierras con nuestro Cristo, con nuestra fe y con nuestros principios.
Elegimos irnos lejos de nuestros hogares y nuestro país, al que amamos, preferimos convertirnos en extranjeros en tierra ajena, con toda la pena y los sufrimientos que esto implica, antes que convertirnos en parte de ese mal y esa violencia inhumana contra los inocentes.
Elegimos escapar, dejando detrás todo lo que nos es querido, hogares, tierras, propiedades, para convertirnos en parte del santo rebaño de Cristo, siguiendo con la convicción y alegría las estaciones del Vía Crucis con Cristo Crucificado, para ser merecedores de pertenecer a sus ovejas, miembros de su rebaño.
Oh Padre, sabe que nuestra fe hoy es mucho más fuerte que antes. No tenemos miedo a nada porque estamos convencidos que Dios está con nosotros, y que la Virgen María, Madre del Salvador escucha nuestras plegarias y pedidos y nos resuelve los problemas de cada día.
Eso es de hecho lo que nosotros sentimos y vivimos cada día. Siempre agradecemos al Señor, para poder reunirnos con él.
Oh buen padre, simple y humilde, le pedimos que rece y actúe por nosotros y por nuestro pueblo herido en el mundo árabe, por el perdón de nuestros pecados, para que así reine la paz de Cristo. Sin embargo queremos rezar primero por todos aquellos que son causa de este mal y estas obras malvadas.
Queremos rezar por todos aquellos que han derramado sangre de tantos inocentes, siguiendo las leyes del mal y las tinieblas.
Oh Santo Padre, queremos rezar para que se arrepientan ante su Creador, para que conviertan en instrumentos de paz y amor y no ya instrumentos en la mano del Malo, de tal modo que se conviertan en verdaderos hijos de Dios.
Pedimos a nuestro amado Jesús, oh Santo Padre que os dé buena salud y buena voluntad, y que os ilumine para que continúe lo que sus predecesores han comenzado, desde San Pedro y San Pablo, con los santos de todos los siglos, San Juan Pablo II y el resto de los discípulos.
Finalmente, en el nombre de Cristo, queremos agradecerle por tomarse el tiempo de leer esta humilde carta.
Pedimos al Señor que le dé fuerzas y valor para estar siempre al servicio de los pobres en el mundo entero. Que el Señor esté a su lado donde vaya. Agradecemos a la iglesia local católica y a Cáritas Jordania por todo el bien que han hecho por nosotros, desde nuestra llegada.
La fraternidad de Jesús – Familias iraquíes en la parroquia de Naur/Amán – Jordania
Jamil Elias Ayoub
Amer Elias Ayoub
Daoud Shabo Daoud
Fares Nafe’ Yacoub
Dia Abalhad Moussa
Selwan Adeeb Yacoub
Ma’an George Hanna
Zeid Ghazi Tuma
Feras Ghazi Tuma
Bashar Adeeb Yacoub
Ragheed Salem Matti