Kristoph, es uno de los sin techo que ‘vive’ en el pórtico de vía de la Conciliación donde está la Oficina de prensa de la Santa Sede. Tiene 51 años, de origen polaco que trabajó por 20 años por la calle “hasta que me echaron”. Está separado y tiene un hijo de 23 años, y ahora desde hace unos siete meses tiene su ‘sitio’ cerca de la plaza de San Pedro. Él junto con sus amigos estaban en el grupo de los 150 sin techo que visitaron los Museos Vaticanos, invitados por la Limosnería apostólica, y que por sorpresa pudieron saludar al papa Francisco.
“Una experiencia que me llevaré hasta los últimos días de mi vida” cuenta a ZENIT. Su grupo ha pasado la mañana de hoy comentando la extraordinaria jornada de este jueves. Y la cuentan también a los periodistas, por boca de Kristoph, elegido portavoz por su buen conocimiento del italiano, que da entrevistas con gran desenvoltura.
Los ojos de Kristoph transmiten alegría al recordar el instante del encuentro con el Papa. “Hemos estado mucho tiempo en los Museos… ¡Son muy muy bonitos! Al final fuimos a la Capilla Sixtina y nos han dicho que nos sentáramos. Pensábamos que quizá hacíamos una misa, una oración, algo así… Sin embargo, don Corrado (el limosnero) salió de la puerta de atrás y cerca de él el Papa”.
Y prosigue: “Aplaudimos fuerte. Él nos saludó y nosotros le dimos las gracias. Después rezamos el Padre Nuestro. El Papa incluso se hizo fotografías con nosotros. Fueron muchas fotografías y don Corrados nos ha prometido que nos las traerá. Después el Papa pasó saludando a cada uno. Nos dio la mano a los 150. ¿Se da cuenta? Madre mía…”
Y así, Kristoph cuenta el momento en el que estrechó la mano del Papa. “Le dije: gracias Papa. Te deseo lo mejor, sobre todo salud y fuerza. Él sonreía y decía: ‘gracias, gracias’…” ¿Te has emocionado?, le preguntamos. “¡Cómo no!”, ha respondido y con simpatía añade: “también se me cayeron algunas lágrimas. También mis amigos lloraron, aunque ahora se hacen los duros… Lloré porque sé que soy afortunado: no todos tienen la posibilidad de ver al Papa tan de cerca, besarle la mano, abrazarle….”. Además cuenta, que le envió un mensaje a su hijo que vive en Polonia, para contarle lo sucedido.
Por otro lado, asegura que este gesto demuestra que “el Papa Francisco nos quiere”. Y añade: “Está haciendo mucho por nosotros: las duchas, la barbería, los paraguas, los museos… También he escuchado que quiere preparar un pequeño consultorio para quien necesita atención médica… Estamos realmente contentos por todo”, indica este ‘portavoz’ de los sin techo de San Pedro. Asimismo confirma que hace uso tanto de las duchas como del barbero, “nos podemos lavar cada día, pasear de forma decorosa. No debemos avergonzarnos por nuestro mal olor…”
Finalmente, Kristoph afirma que cada mañana rezan por el papa Francisco. “A las 9 vienen donde nosotros las monjas, también a veces un sacerdotes, y rezamos juntos. Y rezamos siempre por el Papa, por su salud, porque queremos que ‘dure’ muchísimos años. También rezamos por todos los sacerdotes y por la gente… la gente buena, esa que hace el bien. Son muchos…”