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Un nuevo dicasterio vaticano para las comunicaciones

Breve historia de una convergencia de esfuerzos

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Desde el 27 de junio de 2015 el Vaticano cuenta con un nuevo organismo que se ocupa de todo lo relacionado con el mundo de las comunicaciones de la Santa Sede: la «Secretaría para la comunicación».
Así lo decidió el Papa Francisco por medio de una carta apostólica por medio de la cual dio al nuevo ente las competencias de repensar el sistema informativo de la Santa Sede, reorganizarlo e integrarlo en una gestión unitaria. La nueva dependencia, que tiene el rango de dicasterio, acomuna dentro de sí al Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, la Sala de Prensa de la Santa Sede, el Servicio Internet Vaticano, la Radio Vaticana, el Centro Televisivo Vaticano, L´Osservatore Romano, la Tipografía Vaticana, el Servicio Fotográfico, la Librería Editora Vaticana, el portal institucional del Vaticano y la cuenta de Twitter del Santo Padre.
La historia de cómo la Iglesia ha gestionado de forma institucional su relación con los medios y la administración de sus medios de comunicación –de lo cual este nuevo dicasterio es un paso más– hunde sus raíces en la primera mitad del siglo XX.
El germen de la «Secretaría para las comunicaciones» se remonta al 30 de enero de 1948 cuando Pío XII instituye la «Pontificia Comisión de consultación y revisión eclesiástica de películas». Nueve meses después, el 17 de septiembre de 1948, el Papa aprueba los estatutos del nuevo organismo vaticano dándole el nombre definitivo de «Pontificia Comisión para la cinematografía didáctica y religiosa». La tarea asignada a este modesta oficina fue examinar la complejidad de los problemas educativos y pastorales de la naciente era audiovisual.
El naciente organismo pronto logró hacerse con un colegio de expertos procedentes de diferentes nacionalidades quienes, tras algunos encuentros en 1953, pusieron de manifiesto la urgencia de profundizar magisterialmente la problemática del desarrollo de todos los medios audiovisuales y su incidencia en la vida espiritual del mundo y sobre la pastoral de la Iglesia. Un año después, en 1954, el nombre del organismo cambiaría nuevamente: pasaría a denominarse «Pontificia Comisión para la Cinematografía, la Radio y la Televisión»: se ampliaba así el radio de acción del organismo vaticano cuyos frutos más elocuentes fueron el apoyo para el discurso pontificio «La película ideal» (21 de junio y 28 de octubre de 1955) y la Carta Encíclica «Miranda prorsus», del 8 de septiembre de 1957, sobre el cine, la radio y la televisión.
La llegada de Juan XXIII a la cátedra de san Pedro supuso un paso más en la evolución del organismo que aquí estamos tratando. Con el Motu proprio «Boni pastoris» del 22 de febrero de 1959 el «Papa bueno» erige la «Pontificia Comisión para la Cinematografía, la Radio y la Televisión» como oficina estable de la Santa Sede, confiándole la tarea de examinar los diversos asuntos que se refieren al cine, la radio y la televisión, ayudar a su progreso y dirigir sus actividades de acuerdo a las indicaciones de la Encíclica «Miranda Prorsus». Sería en la sede de esta Pontificia Comisión en la que se asentaría el «Secretariado para la prensa y el espectáculo» (oficina instituida el 5 de junio de 1960), uno de los doce organismos preparatorio para el Concilio Vaticano II.
Durante los dos años de existencia del «Secretariado para la prensa y el espectáculo» se profundizó en el papel de los medios de comunicación en relación con la Iglesia. De esa profundización maduró, un poco después, el Decreto Conciliar «Inter Mirifica». Era la primera vez en la historia que un Concilio Ecuménico hablaba de medios de comunicación.
El Concilio Vaticano II supuso un reto de comunicación: el interés mundial por el encuentro episcopal más grande del mundo derivó en la creación del «Comité Conciliar para la prensa» (precedente directo de la Sala de Prensa de la Santa Sede, oficina que nació formalmente el 1 de marzo de 1968 con la aprobación de su Reglamento) confiada entonces a la «Pontificia Comisión para la Cinematografía, la Radio y la Televisión».
Sería Pablo VI el que, constatando el protagonismo de la información cambiaría, el 2 de abril de 1964, el nombre de la «Pontificia Comisión para la Cinematografía, la Radio y la Televisión» a «Pontificia Comisión para las Comunicaciones Sociales». A partir de ese momento el nuevo ente tenía carácter de permanencia y le eran ampliadas sus tareas: «los problemas relativos a la radio, a la televisión y a la prensa diaria y periódica». A esta «nueva» Pontificia Comisión debemos la Instrucción Pastoral «Communio et progressio», materialización del interés post conciliar por el ámbito de la comunicación.
En las décadas sucesivas la «Pontificia Comisión para las Comunicaciones Sociales» fue asumiendo diferentes nuevas tareas: las transmisiones satelitales para el Año Santo Jubilar de 1975 o el del año 2000, la Filmoteca Vaticana, la redacción de diferentes documentos sobre el ámbito de las comunicaciones o la ayuda en la redacción de los Mensajes pontificios para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.
Ya bajo el Pontificado de Juan Pablo II, la «Pontificia Comisión para las Comunicaciones Sociales» tendrá un nuevo cambio gracias a la Constitución «Pastor Bonus»: desde el 1 de marzo de 1989 pasa a denominarse «Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales», asumiendo «las cuestiones relacionadas los instrumentos de comunicación social, para que, también por medio de ellos, el mensaje de la salvación y el humano progreso puedan servir al incremento de la civilización y de las costumbres». Esa misma Constitución hace depender la Sala de Prensa de la Santa Sede de la Secretaría de Estado.
 
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La cronología hasta aquí referida dice relación especialmente sólo con dos de los varios componentes de la nueva «Secretaría para la comunicación» creada por el Papa Francisco: el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales y la Sala de Prensa de la Santa Sede. De forma más breve podemos repasar la historia de los otros integrantes del nuevo dicasterio.
Por antigüedad la Tipografía Vaticana es de las primeras. Su origen se remonta al 27 de abril de 1587 y su fundación es atribuible al Papa Sixto V. A la Tipografía Vaticana, que se ocupa de la impresión y difusión de los textos vaticanos, especialmente publicaciones jurídicas y litúrgicas de la Sede Apostólica, estaba originalmente unida la Librería Editora Vaticana. Fue en 1926, bajo el Papa Pío XI, cuando ésta última se separó y convirtió en un organismo autónomo al cual se confió la venta de los libros impresos en la Tipografía.
L´Osservatore Romano es el periódico oficial del Vaticano. Su primera edición salió el 1 de julio de 1861 por lo que es, al día de hoy, uno de los diarios más antiguos del mundo. A su edición cotidiana en lengua italiana se suman ediciones en semanales en italiano (desde 1948), francés (desde 1949), inglés (desde 1968), español (desde 1969), portugués (desde 1970) y alemán (desde 1971). Cuenta también con una edición mensual en polaco (desde 1980) y, desde mayo de 2012, con un suplemento mensual en italiano («Donna Chiesa Mondo») dedicado especialmente a la profundización del conocimiento del papel femenino hoy y en el pasado. Desde 2014 este mismo suplemento ha integrado una sección dedicada a la teología de la mujer.
Aunque más reciente en el tiempo, el Servicio Fotográfico de la Santa Sede se encarga de seguir la actividad desarrollada por el Papa y de las autoridades vaticanas. Cuenta con un equipo de fotógrafos, archivistas, técnicos e informático. Mucho de ese material está especialmente a disposición de L´Osservatore Romano, principal difusor de las imágenes del Papa.
La Radio Vaticana fue fundada por
el inventor de la radio, Guillermo Marconi, dentro del Vaticano. La inauguró el Papa Pío XI con el mensaje radial «Qui arcano Dei» del 12 de febrero de 1931. Al 2015 produce contenidos en 37 idiomas.
Es de 1983 la fundación del Centro Televisivo Vaticano (CTV) auspiciada por Juan Pablo II y entre cuyos tesoros se encuentra una videoteca con más de 10 mil cintas y hasta 4 mil horas de grabación sobre el Pontificado de Juan Pablo II. Fue también el Papa Wojtyla quien dio su «sí» a la propuesta de sor Judith Zoebelein para lanzar, el 25 de diciembre de 1995, la primera web católica oficial del mundo, Vatican.va (antes, incluso, que la web del Estado italiano, cuando la world wide web apenas comenzaba a mundializarse). Ese es el origen del Servicio de Internet Vaticano.
El Vatican Information Service (VIS) nació en 1991. Diariamente ofrecía las notas e informaciones oficiales de la Santa Sede (más de 85 mil, según datos de mediados de junio de 2012 –cf. VIS 12.06.2012–). 21 años después de su nacimiento, el 31 de julio de 2012, «cesó su existencia como departamento con un servicio de información específica diverso del Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede». No obstante, el VIS ha continuado ofreciendo su servicio de envíos por correo electrónico a sus más de 60 mil suscriptores. El cese como departamento distinto se debió al deseo de reforzar el portal News.va y las varias lenguas en que el portal emite informaciones.
Durante el Pontificado de Benedicto XVI la migración a las redes sociales ha sido una constante: el 5 de junio de 2008 la Santa Sede abrió un canal institucional en YouTube (http://www.youtube.com/vaticanes; luego ampliado en varios idiomas más) para ofrecer la cobertura informativa más reciente sobre las actividades del Papa y de la Santa Sede en breves cápsulas de vídeo.
El 12 de abril de 2010 la oficina de comunicación del Vaticano anunció el lanzamiento del blog oficial del Vatican Infomation Service (http://www.vis.va/; una bitácora en varios idiomas alojada en el sistema Blogger, empresa de Google, Inc., el portal del blogs gratuitos más grande del mundo). Un año más tarde, el 19 de abril de 2011, nace la versión digital L´Osservatore Romano (http://www.osservatoreromano.va/; actualmente en siete idiomas).
Unos meses más tarde, en la víspera del 29 de junio de 2011, era el mismo Benedicto XVI quien ponía on line la así llamada «CNN del Vaticano»: el portal News.va que concentra en un solo lugar las informaciones de todos los medios informativos vinculados a la Santa Sede (desde la Radio Vaticana, pasando por el VIS, L´Osservatore Romano o la agencia FIDES, hasta el canal de vídeos de YouTube, perfiles en Flickr, fanpage en Facebook o diversas cuentas oficiales en Twitter).
El episodio más reciente (12 de diciembre de 2012) en este migrar a las plataformas digitales lo constituyó el también histórico lanzamiento del perfil personal del Papa Benedicto XVI en la red de microblogs Twitter. La cuenta fue retomada por el Papa Francisco con un éxito cuantitativo creciente.
 
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La surtida variedad de iniciativas en el ámbito de la comunicación, la constatación de la necesidad de un esfuerzo mejor coordinador así como la búsqueda de optimización de recursos movió al Papa Francisco a instituir en julio de 2014 el así llamado «Vatican Media Committe» (VMC). Esa comisión se ocupó de analizar una reforma de los medios de la Santa Sede y presentó, el 5 de marzo de 2015, un informe y plan de reforma. Un mes después, el 30 de abril, el Papa constituyó una nueva «Comisión para los Medios Vaticanos» que estudiaría el informe final así como la manera oportuna de ponerlo en ejecución. Fue el precedente más reciente de lo que ahora ha derivado en el nuevo dicasterio vaticano que asume todo el ámbito de la comunicación de la Sede Apostólica. El trabajo unitario que en adelante desarrollará el Vaticano se perfila como la aportación de todo este camino.
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Jorge Enrique Mújica

Licenciado en filosofía por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, de Roma, y “veterano” colaborador de medios impresos y digitales sobre argumentos religiosos y de comunicación. En la cuenta de Twitter: https://twitter.com/web_pastor, habla de Dios e internet y Church and media: evangelidigitalización."

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