El papa Francisco, como ya es costumbre después de sus viajes internacionales, visitó la basílica de Santa María la Mayor tras aterrizar en Roma y antes de ir al Vaticano. Allí, el Pontífice dio las gracias a la Virgen “Salus populi romani” tras su viaje apostólico en Ecuador, Bolivia y Paraguay.
El Santo Padre también pasó por allí el pasado 4 de julio, previamente a la partida de su viaje de ocho días a América Latina. Ese día, rezó durante unos veinte minutos frente al icono mariano, y dejó un ramo de flores de los colores de las banderas de los tres países que iba a visitar.
Con la visita de hoy, son ya 23 las ocasiones en las que el Santo Padre ha acudido a esta basílica mariana de Roma. La primera vez fue al día siguiente de su elección como sucesor de Pedro.
Durante el vuelo, también como es tradición, Francisco envió telegramas a los presidentes y jefes de Estado de las naciones que iban sobrevolando: Paraguay, Bolivia, Brasil, Cabo Verde, Marruecos, España e Italia.
Así, al presidente paraguayo Horacio Cartes le envió “un cordial saludo”, “renovando de nuevo mi agradecimiento y afecto a ese querido pueblo”. Y añadió “lo llevo en el corazón y pido al Señor copiosas gracias para todos, que les ayuden a progresar en fraternidad y armonía”. Al presidente Morales, le reiteró su “afecto y gratitud a ese querido pueblo”. También afirmó que “los llevo en mi corazón y ruego al Señor abundantes gracias para todos, que les permitan progresar cada día más en una armoniosa convivencia y una paz estable”.
En su telegrama a la presidenta Dilma Rousseff, deseó a Brasil “un futuro sereno y feliz para sus hijos” y envió su bendición apostólica. Mientras tanto, en el mensaje a Jorge Carlos Fonseca, presidente de Cabo Verde, invocó para toda la nación “benevolencia divina para que se consolide en la esperanza y la alegría de vivir en armonía y el bienestar para todos sus hijos”.
Del mismo modo, al Mohammed VI, rey de Marruecos, le deseó “prosperidad social y espiritual”. Al rey de España, Felipe VI, reiteró su afecto por los españoles, “rogando al Señor abundantes dones celestiales que los ayuden a vivir en armoniosa convivencia”.
Finalmente, al presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, le asegura “una oración especial por el bien, la serenidad y la prosperidad” de toda la nación italiana.