No bajar la guardia frente al ébola, sino comprometerse para que se llegue a eliminar definitivamente el virus. Este es el llamamiento que ha lanzado monseñor Bernardito Auza en el conferencia sobre el ébola que se ha celebrado en estos días en Nueva York.
En su intervención, informa Radio Vaticana, el observador de la Santa Sede recuerda que recientemente en Liberia ha muerto una persona a causa del ébola, cuando hacía 45 días que el país había declarado derrotada la pandemia. El triste suceso –reveló el prelado– evidencia “la urgente necesidad” de reforzar el compromiso contra la enfermedad.
Un esfuerzo que encuentra a la Iglesia y la Santa Sede en primera línea para “combatir la epidemia y sostener las familias de las víctimas”, aseguró Auza. En particular, añadió, las comunidades católicas locales se oponen con firmeza a la discriminación que a menudo golpea a los que son sanados de la enfermedad o a los niños que se quedan huérfanos porque sus padres murieron por el ébola.
El prelado, por tanto, recordó el apoyo económico ofrecido también directamente por el papa Francisco a los que luchan contra el virus y afirmó que es necesario hacer todo lo posible para alcanzar el objetivo “cero víctimas” en todos los países africanos que están afrontando esta crisis humanitaria.