Tras la amplia difusión de las fotografías de Aylan Kurdi, un niño sirio de tres años que apareció muerto en una playa turca al tratar de ingresar en Europa con su familia, las repercusiones no se han hecho esperar.
Kinan Masalmeh, un joven de 13 años, fue entrevistado por un periodista de Al Jazeera en una ciudad húngara. El vídeo, en el que el menor pide que termine la guerra en su país mientras es retenido por la Policía junto a centenares de refugiados sirios en las afueras de una estación de trenes, comenzó a circular por todo el mundo a través de las redes sociales.
“A la Policía no le gustan los sirios. Ni en Serbia, ni en Hungría, ni en Macedonia, ni en Grecia”, explica Kinan al periodista. “¿Cuál es tu mensaje entonces?”, le pregunta el entrevistador. Y el menor responde en inglés: “Mi mensaje es, por favor, ayuden a los sirios. Los sirios necesitan ayuda ahora. Paren la guerra, no queremos venir a Europa. Tan solo paren la guerra de Siria. Solo eso”.
Los muertos en el conflicto eran más de 310 mil en el mes de abril. La población total de Siria es difícil de medir en una situación de guerra abierta como la actual. Aun así, el pasado año se contabilizaron más de 17 millones de habitantes en el país. De estos, 12,2 millones necesitan asistencia humanitaria de acuerdo con el último informe de ACNUR.
El número de refugiados sirios registrados en los países vecinos ya ha superado los cuatro millones, según datos de la ONU, y otros 7,6 millones de ciudadanos han sido víctimas de desplazamientos forzosos dentro del país. Hasta la fecha, Europa ha recibido unas 350 mil peticiones de asilo.