La Conferencia Episcopal de Colombia tras haber recordado en los días pasados a través de su web que el papa Francisco indicó que «no tenemos derecho a permitir otro fracaso más» en los diálogos de paz entre el Gobierno del país con las FARC, negociación que se realiza en Cuba, ayer dio la noticia de que el presidente Juan Manuel Santos se reune con el máximo exponente de la narcoguerrilla Rodrigo Londoño, con la finalidad de firmar el acuerdo.
En el encuentro en La Habana, ambos exponentes firmaron cuatro de los cinco puntos del acuerdo de fin de las hostilidades y se comprometieron a concluirlo en un plazo máximo de seis meses.
“He venido a La Habana para hablar con Timoleón Jimenez. El jefe del secretariado (de las FARC) y yo hemos acordado que a más tardar en 6 meses debe concluir esta negociación”, dijo el presidente Santos.
En Colombia, el arzobispo de Villavicencio y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Oscar Urbina Ortega, calificó como satisfactorio el encuentro «como un momento crucial y de carácter histórico en el proceso de paz, el anuncio hecho por el Gobierno en materia de justicia transicional» indicó la web de los obispos.
«La guerra es una experiencia tremenda que hemos vivido, pero de esta debemos sacar algún bien, yo pienso que este encuentro permitirá que se pueda también buscar el objetivo que estamos todos persiguiendo y es el de la paz» añade, recordando que «el papa ha dicho que la paz la debemos construir dentro del sistema jurídico, nacional e internacional, entonces ambas partes deben también tomar en cuenta esta recomendación y buscar lo que esperamos todos los colombianos que es el camino de reconciliación».
Monseñor Urbina Ortega recordó que la reconstrucción de la paz en Colombia será un proceso muy largo, pues son más de 60 años de guerra que lleva el conflicto y resaltó que lo importante de estos procesos es la confianza que debe haber entre las partes.
«Tenemos que aprender a tenernos confianza los unos a los otros, porque o sino no podemos construir nada, uno de los costos más grandes que nos ha dejado la guerra es la desconfianza. Debemos creer en la otra persona para poder construir, de lo contrario no habrá diálogo ni construcción comunitaria», aseveró el arzobispo.
Por último el arzobispo recordó que desde la iglesia se está construyendo la paz sobre tres elementos que son: el perdón, la reconciliación y la paz y dijo además que la iglesia seguirá acompañando en todas las regiones del país a las víctimas del conflicto.