El Papa Francisco cierra oficialmente el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia, hoy sábado, con un imponente festival de alegría, juventud y canto, y el domingo, con una Misa multitudinaria en el Benjamin Franklin Parkway.
Durante la semana se desarrolló un sinnúmero de actividades que tuvieron como objetivo el compartir las diversas formas con las que distintas espiritualidades y carismas contribuyen a forjar una cultura de familia, que sea capaz de penetrar la sociedad, transformándola desde adentro.
Santuario hogar, Iglesia doméstica
El movimiento de Schoenstatt fue uno de los expositores en el Encuentro. En sus stands, compartieron con los interesados la vivencia del Santuario Hogar. Se trata de un rincón de la casa dedicado a Jesús y María, un altarcito, que es el corazón del hogar, desde el cual Dios bendice, e impulsa a los miembros a aspirar a la santidad, alegre y comprometida.
Schoenstatt cerró la jornada internacional con una reunión en Franklin Square, una peregrinación hasta la iglesia San Agustín, y una Misa de Familias, que fue precedida por dos breves charlas, de la que participaron miembros de movimiento de numerosos países de América del Norte, del Sur y Centroamérica, como también de Europa. El celebrante principal fue el P. Marcelo Aravena, y siete sacerdotes concelebraron.
Salir a las periferias
La primera alocución estuvo a cargo del matrimonio de Elisabeth y Bernhard Neiser, de origen alemán, superiores generales del Instituto Secular de las Familias, que congrega a matrimonios que desean vivir un fuerte compromiso de santidad y apostolado, en medio del mundo.
Los Neiser explicaron que para Schoenstatt, este encuentro es una continuación de los festejos de octubre 2014, donde 10.000 personas celebraron el centenario del Movimiento junto al Santuario Original de Schoenstatt, en Alemania, y luego en una audiencia con el Papa Francisco.
Una de las principales conclusiones de dichos festejos, fue el acentuar que el movimiento se encuentra en salida. Una profunda espiritualidad y la transformación del corazón no alcanzan.
La mano en el pulso del tiempo y el oído en el corazón de Dios.
El sacerdote chileno Patricio Rodríguez, superior de los Padres de Schoenstatt en Estados Unidos, mencionó una frase del fundador del Movimiento de, que define su perspectiva sobre la forma de auscultar la voluntad de Dios, para actuar acorde a ella.
La misma fue mencionada por el Papa Francisco en una audiencia con los Padres de Schoenstatt el 3 de septiembre pasado, y reza así: “Debemos tener la mano en el pulso del tiempo y el oído en el corazón de Dios”.
También hizo alusión a las tres gracias del Santuario de Schoenstatt, que se deben hacer carne en los miembros del Movimiento. Estas son: cobijamiento, sentirse amado, cobijado por María, y brindar ese amor a los demás. Transformación: nuestra vida, ante el amor de María y Jesús, cambia, rejuvenece, surge una profunda paz, que debe ser también brindada a los demás. Y el envío apostólico: todas las gracias recibidas, son para compartir, para llevar a los hermanos. Schoenstatt en salida…
Por último, el padre Marcelo Aravena, coordinador del aporte de Schoenstatt en el Encuentro en Filadelfia, en su breve homilía, acentuó el amor de Dios, que todo lo transforma. Mencionó que el Papa Francisco no sólo es un líder con alcance mundial, sino que también es padre, y de esa forma, construye familia.
El Amor es Nuestra Misión
En breve, el Encuentro Mundial de las Familias habrá llegado a su fin, con la celebración de la misa del domingo, a las 16:00 horas. Está llamado a dejar a todos, presentes en Filadelfia o en cualquier lugar del mundo, un profundo anhelo de brindar al mundo una imagen real del ideal de familia.