El papa Francisco, al concluir la audiencia general, bendijo una estatua de santa Rita, regalo de un grupo de devotos libaneses. La estatua, que mide 6 metros y pesa 27 toneladas, está realizada en piedra caliza y será colocada en el cruce de la calle que conduce a Roccaporena –ciudad natal de la santa– con Cascia, en cuya basílica está su cuerpo.
Por ello, le han presentado al Santo Padre a los a los “devotos de Santa Rita” presentes en la audiencia, procedentes de distintas partes de Italia, acompañados por monseñor Renato Boccardo, arzobispo de Spoleto-Norcia, diócesis en la que tiene sede la ciudad de Cascia. El prelado celebrará esta tarde la misa en el altar de la cátedra de la basílica vaticana.
“Al bendecir la gran estatua de la santa –ha dicho el Pontífice en los saludos– invito a todos, en el próximo Jubileo de la Misericordia, a releer su extraordinaria experiencia humana y espiritual como signo del poder de la misericordia de Dios”.