Monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda y Francesca Chaouqui, quienes fueron secretario y miembro de la COSEA respectivamente, han sido detenidos en el Vaticano este fin de semana. Las detenciones se han producido en el marco de las investigaciones de la policía judicial desarrolladas por la Gendarmería vaticana e iniciadas hace algunas meses sobre la sustracción y divulgación de noticias y documentos reservados, el sábado y domingo pasados fueron convocados para ser interrogadas “por los elementos recogidos y las evidencias alcanzadas” explica el comunicado de la Santa Sede distribuido a la prensa este lunes.
La COSEA fue la Comisión referente al estudio y organización de las Estructuras Económico-Administrativas de la Santa Sede, instituida por el Papa en julio de 2013 y sucesivamente disuelta después del cumplimiento de su mandato.
Tras los resultados de los interrogatorios, tanto monseñor Vallejo como la señora Chaouqui fueron detenidos en vista del proseguimiento de las investigaciones. En el día de hoy, la Oficina del Promotor de Justicia ha convalidado las detenciones, si bien ha puesto en libertad a la señora Chaouqui, “contra la que ya no eran necesarias medidas cautelares y también por su cooperación con la investigación”. Sin embargo, monseñor Vallejo Balda sigue detenido.
El comunicado de la oficina de prensa del Vaticano recuerda que la divulgación de noticias y documentos es un delito previsto en la ley del Vaticano.
A propósito de los libros anunciados para los próximos días — «Avarizia» de Emiliano Fittipaldi de la publicación L’Espresso y «Via Crucis» de Gianluigi Nuzzi– se indica claramente que “también esta vez, como ya en el pasado, son fruto de una grave traición de la confiada del Papa y, por lo que se refiere a sus autores, de una operación para obtener beneficio de un acto gravemente ilegal de entrega de documentación reservada, operación en la que las implicaciones legales y posiblemente sanciones están bajo estudio de la Oficina del promotor, en vista de las posibles medidas adicionales, recurriendo, si es necesario, a la cooperación internacional”.
Asimismo se añade que “publicaciones de este tipo no ayudan de ninguna manera a establecer claridad y verdad, sino más bien generar confusión e interpretaciones parciales y tendenciosas”. Es necesario –concluye el comunicado– evitar el error de pensar que esto es una forma de ayudar a la misión del Papa.
Por su parte, la oficina de prensa del Opus Dei ha manifestado «sorpresa y dolor por estas noticias» ya que monseñor Vallejo permetene a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, «asociación de presbíteros intrínsecamente unida al Opus Dei, que no tiene el derecho de intervenir en el ministerio pastoral ni en los trabajos que los socios desarrollan en sus diócesis o en la Santa Sede. La misión de la asociación es el acompañamiento espiritual de sus miembros». Asimismo precisan que monseñor Vallejo fue llamado a trabajar en Roma por la Santa Sede, de acuerdo con su obispo (diócesis de Astorga, España). La prelatura del Opus Dei no intervino ni supo de esa decisión hasta que se hizo pública: los superiores de Mons. Vallejo son los de la Santa Sede y el obispo de la diócesis donde está incardinado».