El santo padre Francisco ha asegurado que el robo y publicación de documentos reservados sobre la reforma económica de la Santa Sede “no me distrae ciertamente del trabajo de reforma que estamos llevando adelante con mis colaboradores y con el apoyo de todos vosotros”. Así lo ha indicado al finalizar la oración del ángelus, como cada domingo, en la plaza de San Pedro. Esta ha sido la primera ocasión en la que el Santo Padre ha hecho referencia explícita a las detenciones el pasado fin de semana en el Vaticano por el robo y publicación de documentos reservados de la Santa Sede.
Tras recitar la oración mariana, Francisco ha asegurado que sabe que “muchos de vosotros os habéis preocupado por las noticias que han circulados en los días pasados a propósito de documentos reservados de la Santa Sede que han sido robados y publicados”.
Por esto –ha subrayado– quisiera deciros sobre todo que robar estos documentos es un delito. “Es un acto deplorable que no ayuda”, ha indicado el Santo Padre. De este modo ha explicado que él mismo “había pedido hacer ese estudio, y esos documentos yo y mis colaboradores ya los conocíamos bien”.
El Pontífice ha precisado que «sí», esta reforma económica se está realizando también con el “apoyo de toda la Iglesia, porque la Iglesia se renueva con la oración y con la santidad cotidiana de cada bautizado”.
Por ello, el Santo Padre ha concluido estas palabras dando las gracias y pidiendo rezar por “el Papa y por la Iglesia, sin dejarse molestar sino yendo adelante con confianza y esperanza”.
El Pontífice hacía referencia a la noticia que se dio a conocer este lunes por la mañana, sobre la detención de monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda y Francesca Chaouqui, secretario y miembro de la COSEA, comisión que el mismo Santo Padre creó para estudiar la reforma económica de la Santa Sede. Esta misma semana, se han publicado dos libros de dos periodistas italianos, Avarizia de Emiliano Fittipaldi y Via Crucis de Gianluiggi Nuzzi. Ambos libros presentan documentos reservados e incluso transcripciones de reuniones en las que estaba presente el Santo Padre, todo relacionado con el trabajo realizado por dicha comisión, ya disuelta al finalizar con su mandato concreto de estudio de la situación económica de la Santa Sede. La señora Chaouqui fue puesta en libertad pero monseñor Balda sigue arrestado.