El santo padre Francisco después de rezar la oración del ángelus este domingo, delante de los miles de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, reiteró «con vigor, que el camino de la violencia y del odio no resuelve los problemas de la humanidad». Y que «utilizar el nombre de Dios para justificar este camino es una blasfemia».
«Deseo expresar –dijo desde la ventana que da a la famosa plaza– mi profundo dolor por los ataques terroristas que en la noche del viernes ensangrentaron Francia, causando numerosas víctimas».
El Papa no escondió su consternación ante los bárbaros actos que dejaron un saldo de casi 160 muertos y un centenar de heridos graves, en el ataque que varios grupos de terroristas islámicos perpetraron contra gente desarmada.
«Tanta barbarie –prosiguió el Santo Padre– nos deja consternados y nos pide como pueda el corazón del hombre idear y realizar eventos tan horribles, que han trastornado no solamente Francia, pero a todo el mundo».
Así el Pontífice califico al ataque de «actos intolerables» delante de los cuales «no se puede dejar de condenar la incalificable afrenta a la dignidad de la persona humana».
El Santo padre se dirigió al presidente de la República de Francia y a todos sus ciudadanos a quienes expresó su «más profundo dolor».
«Estoy particularmente cercano de los familiares de los que han perdido la vida y a los heridos» dijo. E invitó a todos a «unirse a mi oración: confiemos a la misericordia de Dios las víctimas inermes de esta tragedia».
Y deseó que «la Virgen María, Madre de misericordia, suscite en los corazones de todos pensamientos de sabiduría y propósitos de paz».
Y le pidió a Ella que «nos proteja» y que «vele por la querida nación francesa, por Europa y por el mundo entero».
Y rezó un Ave María con los allí presentes.