El Premio Ratzinger 2015 ha sido concedido a los teólogos Nabil el-Khoury (Líbano) y Mario de França (Brasil). El anuncio ha sido realizado por monseñor Luis Francisco Ladaria Ferrer, S.I., miembro del Comité Científico de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger – Benedicto XVI durante una rueda de prensa que ha tenido lugar esta mañana en la sala de prensa del Vaticano. También han participado en la presentación monseñor Giuseppe A. Scotti, presidente de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger – Benedicto XVI y el profesor Pietro Luca Azzaro, secretario ejecutivo de la Fundación y traductor de la Opera omnia de Joseph Ratzinger.
Mons. Luis Francisco Ladaria Ferrer, S.I. ha explicado que con la elección de estos dos teólogos, “la Fundación ensancha, por así decir, aún más sus horizontes”. A propósito de las nacionalidades de los premiados ha recordado que “América Latina ha dado a la Iglesia el primer Papa no europeo y con esto la Iglesia católica ha ofrecido una nueva y muy elocuente prueba de su catolicidad”. La importancia de Oriente para la Iglesia –ha añadido– fue repetidamente subrayada por el papa san Juan Pablo II, que amaba decir que la Iglesia católica debe respirar con dos pulmones, Oriente y Occidente, y en la Carta apostólica “Orientale Lumen” ha subrayado la necesidad de un gran conocimiento recíproco de estas dos grandes tradiciones.
El profesor Nabil el-Khoury, después de realizar su doctorado en Tubinga sobre san Efrén el Sirio, ha enseñado en la Universidad Libanesa en Beirut y como profesor enviado en muchas universidades de Alemania. Entre sus publicaciones se pueden destacar sus traducciones al árabe de las obras de Joseph Ratzinger – Benedetto XVI.
El profesor Mario de França Miranda realizó el doctorado en Teología en la Universidad Pontificia Gregoriana y ha enseñado Teología Dogmática en la Universidad Pontificia Católica de Río de Janeiro, en la Facultad de Teología de la Compañía de Jesús en Belo Horizonte y finalmente de nuevo en la Univerisdad Pontificia Católica de Río de Janeiro. Su amplia bibliografía comprende 14 libros y más de cien artículos. Entre los cargos que ha desempeñado a lo largo de su carrera, ha sido miembro durante dos quinquenios de la Comisión Teológica Internacional, en el periodo en el que el entonces cardenal Ratzinger era el presidente como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Con estas dos figuras –ha asegurado Mons. Ladaria– se enriquecen no solamente cuantitativa, sino también cualitativamente la lista de teólogos que han merecido los Premios Ratzinger.
Por su parte, monseñor Giuseppe A. Scotti ha indicado que Bydgoszcz, Río de Janeiro, Roma, Medellín, Madrid –solo por citar los grandes Congresos de la Fundación– son muchas etapas de un camino que ha implicado desde Europa, hasta África y América Latina, no solo a más de 500 Universidades y más de 10 mil personas entre estudiantes y profesores, sino que han sido encuentros que han permitido un “debate vivo y entusiasmante para construir el futuro”.
Retomando las palabras del Santo Padre en Florencia la semana pasada, cuando dijo que “la mejor forma de dialogar no es hablar y discutir, sino hacer algo juntos, construir juntos, hacer proyectos: no solos, entre católicos, sino junto a todos los que tienen buena voluntad”, ha asegurado que “nosotros estamos intentando hacer esto y el Premio Ratzinger quiere ser un pequeño-gran reconocimiento a hombres y mujeres que han emprendido este camino”.