El papa Francisco ha mostrado su cercanía con el pueblo de Malí tras el ataque de un grupo de fundamentalistas islámicos contra el hotel Radisson Blu en la ciudad de Bamako, que ha causado al menos 21 muertos y numerosos heridos.
En un telegrama –firmado por el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin– dirigido al arzobispo de Bamako, Mons. Jean Zerbo, el Pontífice pide al Señor que dé “alivio y consuelo a las familias” de las víctimas y los heridos en el asalto.
“Consternado por esta violencia ciega, que condena enérgicamente –se lee en el mensaje que fue difundido este domingo por el Vaticano– el Santo Padre implora a Dios por la conversión de los corazones y el don de la paz” e invoca la bendición divina para todas las personas “que han sido afectadas por este drama”.
El viernes por la mañana, varios asaltantes irrumpieron en el citado establecimiento hotelero de la capital y mantuvieron retenidas durante varias horas a unas 170 personas.
La ofensiva terminó por la tarde con la intervención de las fuerzas especiales malienses en colaboración con efectivos de Francia y Estados Unidos. Fueron encontrados 21 cadáveres, 19 rehenes y dos asaltantes.
El ministro de Seguridad, Salif Traoré, explicó en una comparecencia televisada que 76 rehenes fueron liberados por los militares. Otro número indeterminado fue puesto en libertad por los propios secuestradores por saber recitar el Corán, según señalaron los medios locales.
En total había 170 personas de catorce nacionalidades en el interior del hotel, 140 huéspedes y 30 trabajadores, de acuerdo con los datos ofrecidos por la cadena hotelera Rezidor.