(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco presidió este domingo en la basílica de San Pedro la misa por los 200 años de la creación del cuerpo de la Gendarmería del Vaticano. La misa estaba programada en la Gruta de Lourdes en los Jardines, pero debido a una fuerte lluvia en la mañana, fue realizada en la basílica.
Una parte de la gendarmería en uniforme de gala se encontraba en el ala izquierda de la basílica y también representantes de diversas policías de Italia, del mundo y de varias fuerzas del orden, además de embajadores y representantes diplomáticos. Presidía la ceremonia una imagen de San Miguel Arcángel, patrono de la Gendarmería, puesta en el lado derecho del baldaquino del Bernini.
El Santo Padre señaló que lecturas bíblicas de este domingo nos presentan tres tipos de personas: el explotador, el estafador y el hombre fiel. El explotador es aquél de quien nos habla el profeta Amos, “una persona que está tomada por la manía de la ganancia, hasta el punto de probar fastidio e irritación en los días litúrgicos de reposo, porque quiebran el ritmo frenético del comercio”.
Una persona cuya “única divinidad es el dinero, y su actuar está dominado por el fraude y la explotación”. Para quienes los pobres e indigentes tienen un precio igual a un par de sandalias. “Lamentablemente es un tipo humano que se encuentra en cada época, también hoy” aseguró.
“El estafador es el hombre infiel, del que nos habla el Evangelio con la parábola del administrador deshonesto”, señaló el Papa. Y se interrogó ¿cómo pudo haber llegado al punto de estafar a su patrón? “De un día a otro no, poco a poco, quizás dando un día un regalo aquí, el otro día un soborno allá, y así poco a poco se llega a la corrupción”.
El Pontífice ha señalado que en la parábola, el patrón alaba al administrador deshonesto por su astucia, pero es una astucia mundana y fuertemente pecadora. “Existe en cambio una astucia cristiana” y consiste en “hacer las cosas con inteligencia, sin el espíritu del mundo, honestamente”.
En cambio el perfil del hombre fiel fue indicado en la segunda lectura, “Es un hombre de oración, reza por los otros y confía en la oración de los otros para poder tener una vida calma y tranquila, digna y dedicada a Dios”.
Francisco señala que “también el Evangelio nos habla del hombre fiel: uno que sabe ser fiel, sea en las cosas pequeñas que en las grandes” y con una opción final “nadie puede servir a dos señores, porque odiará uno y amará al otro, o se afeccionará a uno y despreciará al otro”.
Dirigiéndose así a los gendarmes les interrogó ¿Cuál es vuestra tarea? “Se trata de evitar que se realicen cosas malas como las del explotador y la del estafador, y de defender y promover la honestidad”.
“Y tantas veces mal pagados” les dijo el Papa, y por ello “les agradezco por vuestra vocación, agradezco por el trabajo que hacen. Sé que tantas veces tienen que luchar contra las tentaciones de quienes les quieren comprar. Me siento orgulloso de saber que vuestro estilo es decir No, esto no se puede”.
“Les agradezco por este servicio de dos siglos y deseo para todos ustedes que la sociedad, el Estado y la Ciudad del Vaticano, desde el último hasta el máximo reconozcan vuestro servicio”, que incluso dijo, les lleva a “arriesgar la propia vida”. Y concluyó: “Que el Señor les sostenga en este servicio y Nuestra Señora, Virgen Fiel les acompañe”.