Conferencias Episcopales de Europa - © CCEE

Obispos y cardenales de toda Europa rezan en el Paseo de los Ingleses en Niza

Los prelados, que están participando en la plenaria en Monte Carlo, han sido recibidos por Alberto II que ha indicado que también el Principado de Mónaco ha respondido a la invitación del Papa acogiendo dos familias de refugiados

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(ZENIT – Roma).- Fue un momento de silencio y oración el que vivieron los presidentes de las Conferencias Episcopales de Europa en Niza, en el Paseo de los Ingleses, lugar del terrible atentado del pasado mes de julio, en el que murieron 86 personas y 400 resultaron heridas.
Los prelados viajaron este viernes desde Montecarlo, donde se reunieron para su Asamblea plenaria anual, hasta la ciudad francesa y así rezar por las víctimas y sus familiares.
La ceremonia -informar Sir– tuvo lugar en el sitio del memorial y también participaron el obispo de la ciudad, monseñor André Marceau, el alcalde de Niza, Philippe Pradal y el presidente de la Región, Christian Estrosi.
Por la mañana, los participantes de la plenaria de la CEE fueron recibidos por el príncipe Alberto II de Mónaco, el cual, en su saludo, informó que también el Principado de Mónaco ha respondido al llamamiento del papa Francisco y ha acogido a dos familias de refugiados, iniciando los procedimientos para acoger a otras.
Así, el príncipe señaló que “respondiendo al llamamiento del papa Francisco, hemos tratado de acoger refugiados del Este como testimonio de nuestro apoyo a los cristianos en peligro”. Precisando que han sido capaces de acoger y apoyar plenamente a dos familias, explicó que se está discutiendo con el Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los refugiados y continuar sus esfuerzos en esta dirección.
“Esto es realmente una contribución modesta respecto a la escala del drama que estas poblaciones están viviendo, pero es un esfuerzo notable para un pequeño territorio como el nuestro”, subrayó Alberto II. De este modo, concluyó asegurando que pretende continuar “en este camino de solidaridad humana, humilde y verdadera, sin cobertura mediática excesiva, sino tratando sobre todo de ayudar a las situaciones en dificultad”.
En su saludo, el cardenal Peter Erdo, arzobispo de Budapest y presidente del CCEE, expresó afecto y estima por el pueblo de Mónaco diciendo: “En Europa y por lo tanto también a los ojos de la Iglesia católica en Europa, no hay ningún país secundario. Vuestro país, aunque sea de pequeñas dimensiones, tiene un valor significativo y su apertura a Europa y al mundo es muy apreciada”.
Nosotros –ha sido el llamamiento del purpurado– os pedimos que continuéis promoviendo los verdaderos valores humanos, la paz y la justicia en todas las instancias internacionales: la Iglesia, los hombres y mujeres de buena voluntad y en particular los más vulnerables de nuestro continente, os acompañan en este esfuerzo y os lo agradecen”.
 

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ZENIT Staff

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