(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Las tres basílicas pontificias de Roma, San Juan de Letrán, catedral de la Ciudad eterna; Santa María La Mayor; y San Pablo extra muros, cerraron su Puerta Santa.
Ha quedado abierta en Roma solo la Puerta Santa de la basílica de San Pedro y miles de fieles se congregan en esta última semana para pasar por allí, antes de su cierre el próximo domingo 20, en concomitancia con el final del Año Jubilar proclamado por la bula de convocatoria, ‘Misericordiae Vultus‘ (El rostro misericordioso de Dios).
En la basílica de San Juan de Letrán en Roma, el cardenal Agostino Vallini recordó ayer que «el destino final del mundo no está en las manos de los hombres, sino en la misericordia de Dios». Y que el Jubileo de la Misericordia fue un «tiempo favorable» para la Iglesia y que «la volvió más fuerte y eficaz» .
El purpurado precisó que que «la misericordia no es un signo de debilidad sino por el contrario, de fuerza, magnanimidad e irradiación de la omnipotencia amorosa del Padre», e invitó a vivir más conscientemente las parábolas de la misericordia: la oveja perdida, la moneda perdida y el padre misericordioso. Y recordó que en está última parábola “el Señor viene a nosotros, Él no nos mortifica, sino que nos da la bienvenida y se regocija con este retorno» dijo.
En la basílica de Santa María la Mayor, el cardenal español Santos Abril y Castelló subrayó: “Hoy se cierra esta puerta Santa, pero no se cierra nunca la puerta siempre abierta de la misericordia de Dios, ni la dulce compañía de la Madre de Misericordia”. Señaló también que “la Puerta Santa simboliza a Jesús, que se presentó con este título: ‘Yo soy la puerta de las ovejas’, y que ahora cuando se acerca final del Año Santo de la Misericordia «Jesús nos examina sobre el amor que tenemos a Dios y al prójimo» .
En este camino de santidad «necesitamos una guía, es decir, la mano maternal de María», que «señala el camino de Cristo”. Y recordó las palabras del papa Francisco, cuando abrió el 1 de enero la Puerta Santa de esta basílica: «Toda persona que pase a través de esta puerta, puede dejar esta basílica con la certeza de que tendrá a su lado la compañía de María».
En esta Iglesia muy relacionada con la historia de España y América Latina, concelebraron el cardenal mexicano Javier Lozano Barragán y el purpuarado colombiano Dario Castrillón Hoyos, además de Mons. Rino Fisichella, presidente del dicasterio para la Nueva Evangelización.
En cambio el rito de clausura de la Puerta Santa de la basílica de San Pablo extra muros fue presidida siempre ayer por la tarde, por el cardenal James Harvey, designado legado pontificio, quien celebró la santa misa en la cuarta de las basílicas papales.
Entre las Puertas Santas del mundo, llama la atención la de la catedral de Bangui, la primera que abrió el Papa en su viaje en noviembre del año pasado a la República Centroafricana. Ahora el presidente la Conferencia Episcopal, el obispo Dieudonné Nzapalainga, recordó que la Puerta Santa ha cerrado pero catedral permanece abierta porque “todos los días es tiempo de misericordia”. Indicó también que el próximo sábado 18 estará en el Vaticano acompañado por el imán de Bangui y el líder evangélico de la capital, para recibir la elevación a cardenal de manos del papa Francisco.
