El Papa en Santa Marta (fto. Oss. Romano ©)

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El Papa en Sta. Marta: Juan Bautista era un pastor que entendía la situación de la gente

En la homilía de este jueves, el Santo Padre invita a pedir la gracia de la valentía apostólica de decir siempre las cosas con verdad

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(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco, en la homilía de este jueves en Santa Marta, ha reflexionado nuevamente sobre la figura de Juan Bautista. De este modo, ha recordado que todos iban a buscarle, también los fariseos y los doctores de la ley, pero “con desapego”, es decir para juzgarlo y sin bautizarse.
En el Evangelio del día Jesús pregunta a la multitud qué fueron a ver en el desierto: “¿Una caña sacudida por el viento?”, “¿Un hombre vestido con ropas finas?”. No un hombre con vestidos lujosos porque esos viven en el lujo, están en los palacio de rey, “algunos en los episcopales”, añade el Papa. Fueron a ver a un profeta: “era un hombre fiel a lo que el Señor le había pedido”, “uno grande porque era fiel”. Y esta grandeza se veía también en su predicación. El Santo Padre ha indicado que “predicaba fuerte, decía cosas feas a los fariseos, a los doctores de la ley, a los sacerdotes”, no les decía “queridos, portaros bien”. No, les decía “raza de víboras”. No iba con “matices” porque se acercaban para controlar y ver pero nunca con el corazón abierto. Arriesgaba la vida –ha observado– pero era fiel. Y a Herodes le dijo  a la cara: “adúltero”.
De este modo, el Papa ha invitado a pensar qué pasaría hoy si un párroco en la homilía dominical dijera: “entre vosotros hay algunos que son raza de víboras o hay muchos adúlteros”. Seguramente, ha asegurado, el obispo recibiría cartas de desconcierto. Pero Juan Bautista lo hacía porque “era fiel a su vocación a la verdad”. Al mismo tiempo, con la gente era comprensivo, ha explicado Francisco en la homilía. “Comenzaba con poco. Después veremos. Y allí bautizaba”, ha señalado. Es un pastor –ha insistido el Papa– que entendía la situación de la gente y la ayudaba a ir adelante con el Señor.
A pesar de que era grande, fuerte, seguro de su vocación, “también tenía momentos oscuros”, “tenía sus dudas”, ha reconocido el Santo Padre. Los grandes –ha añadido– pueden permitirse dudar porque son grandes. “Los grandes se pueden permitir la duda y esto es bonito. Están seguros de la vocación pero cada vez que el Señor les hace ver un nuevo camino entran en duda”, ha asegurado el Papa. Y piensan “pero esto no es ortodoxo, esto es herético, esto no es el Mesías que yo esperaba”.
Así, el Papa ha invitado a pedir a Juan la gracia “de la valentía apostólica de decir siempre las cosas con verdad, del amor pastoral, de recibir la gente con el poco que puede dar, el primer paso”. Dios –ha asegurado– hará lo demás. Y también la gracia de dudar. “Que el  gran Juan, que es el más pequeño en el reino de los Cielos, por esto es grande, nos ayude en este camino tras las huellas del Señor”.

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ZENIT Staff

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