(ZENIT-Ciudad del Vaticano, 11 junio de 2017). – “Que el testimonio de la nueva bienaventurada nos anime, durante nuestras jornadas, a volver a menudo nuestros pensamientos hacia Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que habite en la celda de nuestro corazón” ha declarado el Papa Francisco después de la oración del ángelus dominical del mediodía, este 11 de junio de 2017, en la plaza San Pedro.
El Papa en efecto ha evocado la beatificación de una laica italiana, atea en su juventud pero enseguida se consagró a Dios como oblata benedictina, Itala Mela ( 1904-1957), en la cual la experiencia espiritual cotidiana está marcada en su vida por la presencia cotidiana de la Santísima Trinidad.
He aquí nuestra traducción de las palabras del Papa Francisco después de la oración del ángelus.
AB
Después del ángelus
Queridos hermanos y hermanas,
Itala Mela ha sido proclamada bienaventurada ayer en la Spezia. Educada en una familia lejos de la fe, se declaró atea, en su juventud, pero ella se convirtió después de una intensa experiencia espiritual. Se comprometió entre los universitarios católicos. Enseguida se hizo Oblata benedictina y ha cumplido un itinerario místico centrado en el misterio de la Santísima Trinidad, la cual celebramos hoy de una manera especial. Que el testimonio de la nueva beata nos anime, durante nuestros días, a volver nuestros pensamientos hacia Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que habita en la celda de nuestro corazón.
Os saludo a todos, queridos Romanos y peregrinos: grupos parroquiales, familias, asociaciones. Saludo en particular a los fieles venidos de Montpellier, de Córcega y de Malta; y en Italia, a los fieles de Pádua y de Norbelo y a los jóvenes de Sassuolo.
Un pensamiento particular es para la comunidad boliviana que vive en Roma y festeja la Virgen de Copacabana.
Os deseo a todos un buen domingo. Y, por favor, no os olvidéis de orar por mi- Buen provecho y adiós.
© Traducción de ZENIT, Raquel Anillo
Angelus 11/06/2017, CTV
Itala Mela, una vida cotidiana en presencia de la Santísima Trinidad
Palabras del Papa después del ángelus del 11 de junio de 2017 (traducción completa)