El Santo Padre observa los bailes folclóricos realizados en su honor (Osservatore © Romano)

Francisco en la Nunciatura: 'La vulnerabilidad sea respetada y reconocida como humana'

Le aguardaban los fieles de diversas instituciones. El Pontífice pasa allí la segunda noche

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(ZENIT – Roma, 7 Sept. 2017).- Después de la Santa Misa celebrada en el parque Simón Bolivar, con la participación de varios cientos de miles de personas, el santo padre Francisco se dirigió este jueves en automóvil a la Nunciatura Apostólica en Bogotá, distante unos seis kilómetros en los cuales se encontraban miles de personas para saludarlo y verlo pasar.
A la entrada de la nunciatura le aguardaban fieles de diversas instituciones que le saludaron con bailes, cantos y algunas palabras.
«Buenas tardes y gracias, gracias por las cosas lindas, gracias por el baile, gracias por el canto, gracias por estar aquí todos. Muchas gracias», les dijo el Papa. Le pidió también a una niña que relea una frase que había dicho sobre la vulnerabilidad y dijo:
“Queremos un mundo en el que la vulnerabilidad sea reconocida como esencial en lo humano. Que lejos de debilitarnos nos fortalece y dignifica. Un lugar de encuentro común que nos humaniza”, porque «todos somos vulnerables, todos. Adentro en los sentimientos, tantas cosas que ya no funcionan adentro, pero nadie las ve. Y otras las ven, todos. Y necesitamos que esa vulnerabilidad sea respetada, acariciada, curada en la medida de lo posible, y que dé frutos para los demás».
¿Quién es la única persona que no es vulnerable?, preguntó el Pontífice, a lo que uno de los presentes respondió: ‘Dios’. «En la esencia de lo humano esa necesidad de ser sostenido por Dios». Por eso «no se debe, no se puede descartar a nadie, ¿está claro? Porque cada uno de nosotros es un tesoro, que se ofrece a Dios, para que Dios lo haga crecer según su manera».
Después de rezar junto a los presentes un Ave María, les impartió la bendición. “Y no se olviden de rezar por mi porque yo soy muy vulnerable”, concluyó.
En la nunciatura el Papa cenó en privado y pernoctó esta segunda noche del viaje apostólico en Colombia.
Las asociaciones que estaban presentes eran:
Corporación Colombiana Transiciones Crecer, una organización de familias con jóvenes, entre los 18 y 25 años de edad, con discapacidad intelectual creada en el 2009.
La Fundación Fundmir, de la Congregación Misioneros de la Divina Redención. Una congregación de Derecho Pontificio, nacida en Italia en la Provincia de Nápoles, por el siervo de Dios, padre Arturo D’Onofrio (1914 – 2006), quien, en el año 1943, ante la barbarie de la II Guerra Mundial, en la casa paterna acogió a los niños huérfanos de la guerra. Una vez iniciada la obra, crecieron rápidamente las casas y aumentó el número de asistidos.
La Fundación para la Investigación y el Desarrollo de la Educación Especial (Fides). Una entidad privada, sin ánimo de lucro, creada en 1975 con el objeto de ayudar a las personas en condición de discapacidad cognitiva. Colombia beneficia en forma directa a mas de 100.000 personas con esta condición.
ASPAEN, entidad sin ánimo de lucro, que dirige instituciones educativas promovidas por padres de familia, destinadas a secundarlos en su misión de ser los primeros educadores de sus hijos pertenecientes a variados estratos sociales con la asesoría espiritual de la Prelatura del  Opus Dei.
Enfrente de la Nunciatura asistieron también niñas del Colegio Integral Femenino (Soacha), Gimnasio Tundama (Barrio La Estrada) y Gimnasio Iragua. Y niños del Gimnasio Los Cerros. Los dos primeros colegios están dirigidos fundamentalmente a personas con menos recursos económicos.
Niños que este año se están preparando para hacer la Primera Comunión o la han hecho, pertenecientes a distintas parroquias, que cuentan con varios catequistas.
Grupos de ancianos Un grupo vive en el hogar gerontológico de la Fundación Voluntariado “Juan Pablo II”, ubicado en el barrio Santa Sofía (localidad de Barrios Unidos).
Retiros de Emaús, que se fundaron hace más de 30 años en Miami. Un equipo de mujeres, con la supervisión del obispo de la diócesis y el rector de la parroquia, iniciaron esta andadura que se ha convertido en una realidad en la mayoría de los países de América Latina.
El coro que amenizó la llegada del Santo Padre fue dirigido por Ana Milena Serrano, está integrado por 50 universitarias y bachilleres, que estudian en las universidades de los Andes, Javeriana, Sabana, Rosario, y en los colegios Tundama e Iragua. Este coro estará acompañado instrumentalmente por el grupo “Voz por vos”, integrado por seis jóvenes invidentes. La canción fue “Amo esta tierra”, del compositor Leonardo Laverde.
Además participaron 10 personas sordomudas que hicieron transmitieron con su lenguaje de manos el mensaje.

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ZENIT Staff

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