Calurosa bienvenida a Francisco en el Centro La Macarena de Medellín

Le esperaban 12 mil personas entre sacerdotes, personas consagradas, seminaristas y sus familias

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(ZENIT – 9 Sept. 2017).- El papa Francisco proveniente desde la Casa Hogar San José, recorrió en papamóvil unos tres kilómetros saludando a los miles de personas que le esperaban, hasta llegar al Centro Eventos La Macarena.
En esta ex plaza taurina transformada en auditorio, le esperaban unas 12 mil personas: sacerdotes, religiosos y religiosas, personas consagradas, seminaristas y sus familias que le recibieron con una calurosa bienvenida.
Estaban presentes las reliquias de Madre Laura, la primera santa colombiana, canonizzata el 12 maggio de 2013 por el papa Francesco.
Secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia y obispo auxiliar de Medellín, Elkin Fernando Álvaro Botero le indicó su esperanza de que “la Visita Apostólica del Sucesor de Pedro se convierta en el inicio de una nueva primavera vocacional en Colombia, para que la familia redescubra su identidad y misión como “hogar donde se cultiva la vocación cristiana” y para que muchos jóvenes se decidan a escuchar y a aceptar el “sígueme” del Señor”.
Le siguieron cuatro testimonios, partiendo por el de un sacerdote joven, Juan Felipe Escobar, proveniente de familia humilde que pensaba ser médico para aliviar el dolor humano. “En mi entorno de infancia había bombas, balas, crímenes, madres llorando por sus hijos, gentes desplazadas, jóvenes en las drogas, noticias sobre corrupción e injusticias. Este ambiente marcó profundamente mi vida y me llevó a interrogarme: ¿Qué puedo hacer por mi pueblo? Fue así como nació mi vocación: Dios me llamó a sanar, a ser “cura de almas”, dijo. Y aseguró: “En estos casi 12 años de ministerio sacerdotal, me he sentido muy feliz, por ser un instrumento de la gracia salvífica de Dios”.
La hermana Leidy de San José, Carmelita Contemplativa señaló que “su experiencia y el camino recorrido a lo largo de estos catorce años de seguimiento al Señor en la vida consagrada, años que han sido vividos en la alegría de un sí generoso al servicio de Dios, de mis hermanos y de mi madre la Iglesia”. Y exhortó “a los jóvenes que me escuchan y que sienten en lo profundo de su corazón que Dios los llama, que no tengan miedo de entregar su vida por la causa del Evangelio”.
La señora María Isabel Arboleda Pérez por su parte, representación de Asociación de Madres de
Sacerdotes y Seminaristas, señaló que tiene tres hijos uno de los cuales sacerdote: “Es verdad, tener un hijo sacerdote, es toda una bendición de Dios”.
A continuación el Santo Padre realizó un discurso sobre la vocación, con muchos añadidos sobre el texto que había preparado. Entre los temas abordados fue la memoria dolorosa de las víctimas de la droga, pidiendo la conversión de los narcotraficantes. «Los invito a recordar, acompañar este cortejo de luto, a pedir perdón por quienes destruyeron las ilusiones de tantos jóvenes».
Les recordó también de la evitar la tentación de usar su cargo eclesial para interés personal, asegurando que «el diablo entra por el bolsillo».
(Leer el texto con las palabras del Santo padre en el Centro Eventos La Macarena)

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ZENIT Staff

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