(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 21 Sept. 2017).- El papa Francisco recibió hoy en audiencia en el Vaticano a los miembros de la Comisión Pontificia para la Tutela de los Menores, en ocasión de su asamblea plenaria, presidida por su presidente, el cardenal Sean Patrick O’Malley.
En sus palabras improvisadas, el Santo Padre lamentó que con la Comisión “Hemos llegado tarde”, y consideró ineficiente la “vieja práctica de cambiar a la gente de lugar”. Y dirigiéndose al cardenal O’Malley, el Pontífice señaló que la providencia “suscitó hombres proféticos en la iglesia, como el cardenal que inició este trabajo de traer el problema a la superficie y verlo en la cara”.
“¿Cuál es el camino para proseguir con nuestro trabajo?”, se interrogó Francisco, “porque no es solo la Comisión, es la Santa Sede y el Papa” quienes están involucrados.
Y señaló: “Por ahora es competencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe”. Precisó que se trata de “una cosa práctica que la Iglesia siempre ha hecho”, ante estas “problemáticas nuevas”. La Doctrina de la Fe las toma como en los casos de reducción laical después del Concilio.
“Después cuando se sistematizó bien”, el caso de las reducciones laicales, esta materia “pasó a la Congregación del Clero”. Precisó que explica esto porque “algunos piden que los casos de abusos vayan directamente a la Rota o tribunales del Vaticano”.
«El problema –aseguró el Papa– es grave porque hay algunos que no han tomado conciencia del problema” y por ello los casos “deben permanecer en la Doctrina de la Fe”.
“Es verdad que hay muchos casos allí que no avanzan”, reconoció el Pontífice, si bien aseguró que “con el nuevo secretario, se está tratando de volver más rápidos los trabajos para los procesos”. Y aseguró que “este es el primer problema” que se está enfrentando.
Segundo paso
Indicó un Segundo paso: “Sobre las quejas porque los procesos no avanzaban”. Señaló que “se creo una comisión para los recursos, la que tienen que ser mejorada con la ayuda de algún obispo diocesano que conozca los problemas en el lugar”.
Es una comisión presidida por el arzobispo de Malta, Mons. Charles Scicluna, «quien tiene una conciencia muy clara del problema de la pedofilia». Si bien indicó que “esta comisión tiene un problema, porque la mayoría son canonistas y examinan si todo el proceso está bien” y porque además “existe la tentación del bajar la pena”.
Por lo tanto, indicó el Sucesor de Pedro, “he decidido balancear un poco esta comisión y decir que un abuso probado es suficiente para no poder hacer apelo. Si están las pruebas, es definitivo”. Reiteró que “quien hace esto, hombre o mujer, está enfermo, es una enfermedad. Hoy se arrepiente y después de dos años recae”.
“El tercer paso es el pedido de gracia al Papa”, dijo. Cuando el tribunal llamado ‘Feria cuarta’ da su sentencia, está la Comisión para el apelo. “Quien es condenado en los dos, puede pedir la gracia al Papa” dijo, si bien aseguró: “Yo no la firmaré jamás”.
Señaló que apenas fue elevado a Pontífice, le llegó una solicitud de gracia, en la que se podía «perder de las funciones pero no el estado clerical”. Indicó que “Yo era nuevo, no sabía mucho y di la más benévola. Pero recayó”. Y subrayó: “Yo he aprendido de esto: es una fea enfermedad”.
Añadió que es una vieja enfermedad, “como se puede ver en una carta de san Francisco Javier a unos monjes budistas, en los que condenaba este vicio”.
El Papa concluyó que es necesario “ir adelante con confianza”y les agradeció por el trabajo que hacen y por traer a flote este problema.