(ZENIT – 27 Oct. 2017).- Las reliquias de los mártires de la Diócesis de Chimbote y nuevos beatos para Perú, Miguel Tomaszek, Zbigniew Strzałkowski y Alessandro Dordi, serán trasladadas a la ciudad de Trujillo, en enero del próximo año, para participar de la solemne Eucaristía que presidirá el Papa Francisco, en la explanada de Huanchaco, según informa la oficina de prensa del arzobispado de Trujillo.
Las osamentas de los tres misioneros asesinados por Sendero Luminoso en 1991, llegarían a Trujillo junto al Obispo de Chimbote, Mons. Ángel Simón Piorno, sacerdotes, religiosos religiosas y un significativo número de devotos, que anhelan estar junto a las reliquias de los mártires frente al Vicario de Cristo.
Las reliquias permanecerán en la solemne Misa Papal, junto a las imágenes de la Inmaculada Virgen de la Puerta de Otuzco, la Virgen de la Candelaria del Socorro de Huanchaco, la Virgen de las Mercedes de Paita (Piura), asimismo de la Santísima Cruz de Chalpón de Motupe, el Divino Niño del Milagro de Eten (Lambayeque), la Virgen Dolorosa de Cajamarca y la Virgen de la Asunción de Cutervo.
Fe, caridad y fidelidad
En este contexto, cabe recordar la multitudinaria ceremonia de beatificación de los tres sacerdotes celebrada en 2015 en el estadio centenario Manuel Rivera Sánchez de la ciudad de Chimbote, situada a unos 130 kilómetros al sur de Trujillo, y presidida por el cardenal italiano Mons. Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
Durante la homilía –apunta Radio Vaticano en su edición española– el prelado expuso los tres mensajes reflejados en el testimonio de vida y muerte de estos tres hombres que permanecieron fieles a Cristo hasta el final.
“El primero es un mensaje de fe. Los mártires superaron las numerosas dificultades de su misión en tierra peruana gracias a una extraordinaria confianza en la providencia divina”.
“Un segundo mensaje es de caridad: Por amor se han hecho misioneros, impulsados por la influencia de anunciar a cristo y de llevar a los pueblos la Buena Nueva del Evangelio”.
«El tercer mensaje es el de fidelidad a la vocación cristiana y misionera, poniendo la vida misma al servicio de Dios y de la misión de la Iglesia».
A través de estos tres mensajes, «el testimonio de evangelización de estos mártires perdura en el tiempo, y sigue inspirando a tantos misioneros que, al igual que estos tres sacerdotes, entregan diariamente sus vidas a la misión, por amor a Cristo», señala Radio Vaticano.
