(ZENIT – 15 marzo 2018).- “Valor y paciencia” son las características de la oración que debe elevarse a Dios “con libertad, como hijos”.
En su homilía de la Misa matutina celebrada este 15 de marzo en la capilla de la Casa de Santa Marta, el Papa Francisco reflexionó sobre el poder de la oración, a partir del diálogo entre Dios y Moisés, informa ‘Vatican News’ en español.
“Si yo quiero que el Señor escuche algo que le pido, debo ir, e ir, e ir, llamar a la puerta, y llamo al corazón de Dios, y llamo desde acá… ¡Porque mi corazón está implicado con esto! Pero si mi corazón no se implica con esa necesidad, con esa persona por la que debo rezar, ni siquiera será capaz de tener valor y paciencia”.
“Cara a cara”
Francisco ha comentado la primera lectura de la liturgia del día, tomada del libro del Éxodo, que relata la conversación entre el Señor y Moisés sobre la apostasía de su pueblo: El Profeta trata de desviar al Señor de sus propósitos iracundos contra el pueblo que “ha dejado la gloria de Dios vivo para adorar un becerro de oro”. En el diálogo audaz que desarrolla, Moisés “se acerca con sus argumentaciones” y recuerda al Padre todo lo que hizo por su gente, a la que condujo a salvo de la esclavitud de Egipto, evoca la fidelidad de Abraham y de Isaac.
En sus palabras, en este “cara a cara”, se transluce la implicación del Profeta y su amor por el pueblo. Moisés no tiene miedo de decir la verdad, no “entra en el juego del soborno”, no cede ante la posibilidad “de vender su conciencia”. “Y esto – precisó el Pontífice – le gusta a Dios”, porque “cuando Dios ve un alma, una persona que reza y reza y reza por algo, Él se conmueve”.
Moisés –ha observado el Papa– no entra en la “lógica del soborno”, él está con el pueblo y lucha por el pueblo. Las Sagradas Escrituras están llenas de ejemplos de “constancia”, de la capacidad de “ir adelante con paciencia”: la cananea, el “ciego en la salida de Jericó”.
Francisco ha animado a es estar involucrados, luchar e ir adelante y ayunar para vivir mejor este “camino de la oración de intercesión”.
“Que el Señor nos dé esta gracia. La gracia de rezar ante Dios con libertad, como hijos; de rezar con insistencia, de rezar con paciencia. Pero sobre todo, rezar sabiendo que yo hablo con mi Padre, y mi Padre me escuchará. Que el Señor nos ayude a progresar en esta oración de intercesión”.
Misa en Santa Marta celebrada por el Papa Francisco © Vatican Media
"Valor y paciencia", características fundamentales de la oración
Reflexión en Santa Marta a partir del diálogo entre Dios y Moisés