(ZENIT – 13 julio 2018).-La Santa Sede y las autoridades chinas continúan el diálogo, cuyos detalles no se conocen: esto es lo que informan los medios vaticanos, y subraya que «si hay un acuerdo al final», «permitirá a la Iglesia restaurar la unidad «y para asegurar que» muchas diócesis que han estado sin el obispo «tengan» un pastor admitido y reconocido por la Iglesia y el Estado».
Sin embargo, Vatican News este viernes 13 de julio de 2018 advierte que el resultado de este «acuerdo» final podría causar «descontento, sufrimiento, renuncia, resentimiento» e incluso «nuevas tensiones». Pero también sería «un presagio del bien: no habrá ganadores ni perdedores», pero «la contribución de cada uno se considerará valiosa».
Como dice el cardenal Pietro Parolin, no se trata de “ignorar o, casi por arte de magia, anule el difícil camino de tantos fieles y pastores, sino de investir el capital humano y espiritual de tantas pruebas para construir un futuro más sereno y fraterno, con la ayuda de Dios».
La Iglesia Católica en China, subraya el diario Vaticano, a pesar de «muchas situaciones dolorosas de irregularidades, nunca ha sido considerada ‘separada’ de Roma. Porque una posición doctrinal de rechazo a la primacía de la jurisdicción nunca se ha elaborado en la Iglesia en China”.
«El deseo vivo de estar en unión con el Papa siempre ha estado presente entre los obispos chinos ordenados ilegalmente», dice el Vaticano. La condición irregular de estos obispos ha provocado en los últimos años un enfrentamiento entre dos opiniones opuestas: los que consideran a los obispos ilegítimos como sinceros, creyendo en su arrepentimiento y aquellos que los condenan.
Precisamente por esta razón, como aún dice el Cardenal Parolin, es importante que nadie ceda perpetuamente “al espíritu de oposición para condenar al hermano”, sino más bien que “cada uno mire con confianza el futuro el futuro de la Iglesia, más allá de todo límite humano.
«Si hay un reinicio más fraterno y unitario de la Iglesia católica en China, respetando las diferentes sensibilidades, dice Vatican News, esto tendrá una resonancia positiva especialmente para la vida sacramental y espiritual de los fieles seguir siendo cada vez más plenamente católicos y, al mismo tiempo, auténticamente chinos».
Así, “una nueva energía puede ser liberada para las actividades de la Iglesia» y para una mayor armonía en la sociedad china». Pero mucho dependerá del compromiso y la buena voluntad de todos».
© Traducción ZENIT, Raquel Anillo
El Papa se encuentra con los peregrinos de China © L'Osservatore Romano
Santa Sede y China: El diálogo continúa
«Construir un futuro más pacífico y fraterno»