(ZENIT – 12 dic. 2018).- Continuando el nuevo ciclo de catequesis dedicado al ‘Padre Nuestro’, el Papa Francisco ha anunciado a los peregrinos y visitantes en la audiencia general que «Jesús no quiere que nuestra oración sea una evasión, sino un presentarle al Padre cada sufrimiento e inquietud. Que tengamos la osadía de convertirla en una invocación gritada con fe«.
Esta mañana, 12 de diciembre de 2018, el Santo Padre ha ofrecido la segunda catequesis sobre el ‘Padre Nuestro’, en la audiencia general, y ha felicitado la gran fiesta mariana de la Virgen de Guadalupe a los numerosos fieles mexicanos y latinoamericanos desde el Aula Pablo VI, en el Vaticano.
El ‘Padre Nuestro’ hunde sus raíces «en la realidad concreta del hombre». Nos hace pedir lo que es esencial, como el “pan de cada día”, ha indicado el Papa, porque «como nos enseña Jesús», la oración «no es algo separado de la vida», sino que «comienza con el primer llanto de nuestra existencia humana».
La oración «no solo precede la salvación, sino que ya la contiene» –ha aclarado Francisco– porque libra de la desesperación de creer que las situaciones insoportables no se pueden resolver.
Confianza filial
Asimismo, el Pontífice ha apuntado que Jesús invita a sus discípulos con esta «oración audaz» a dejar atrás el miedo y a acercarse a Dios con confianza filial, llamándolo familiarmente «Padre».
Jesús enseña esta oración a sus discípulos, es una oración breve, con siete peticiones, «número que en la Biblia significa plenitud», ha aclarado Francisco.
La oración está presente donde quiera que haya un hombre «que tiene hambre, que llora, que lucha, que sufre y anhela una respuesta que le explique su destino», ha explicado el Pontífice en la audiencia general.
A ejemplo del ciego Bartimeo que gracias a su llamado perseverante, «Jesús, ten compasión de mí» (Mc 10, 47), obtuvo del Señor el milagro de recobrar la vista, ha expuesto el Santo Padre.