(ZENIT – 3 abril 2019).- Esta mañana, a las 8:45 horas, antes de acudir a la audiencia general, el Santo Padre Francisco recibió al «Coro del arcoíris» de la Casa de descanso para enfermos de Alzheimer en Bonheiden (Bélgica).
A continuación publicamos las palabras de saludo que dirigió a los presentes en el encuentro.
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Saludo del Papa Francisco
Gracias, gracias hermanos y hermanas, muchas gracias. Mi secretario aquí me dice: es lo más hermoso que he visto con el Papa.
Cuando vi que en vuestra casa, que acoge a las personas que padecen Alzheimer, había un coro llamado «Arcoiris», di gracias al Señor. Porque pienso que para vosotros cantar juntos sea un consuelo, un apoyo, que ayuda a avanzar y soportar la carga de la enfermedad que ciertamente se hace sentir. De hecho, creo que vuestro canto sea más valioso por vuestra vulnerabilidad. Creo que el hecho de compartir nuestras debilidades y aceptarlas recíprocamente es el «canto» más hermoso, la armonía más agradable para Dios, ¡un «arco iris» no de perfecciones, sino de imperfecciones!
Luego, cuando vi al director, pensé: ¡se ha olvidado la batuta! Pero luego vi que su batuta es la ternura. Gracias, señor director, porque Usted con estos gestos de ternura nos hace a todos más humanos. Y con su ternura, vuestra ternura, la de todos, hoy hemos cumplido el cuarto mandamiento: honrar a los ancianos que son nuestra memoria. Quizás algunos de ellos haya perdido la memoria, pero son el símbolo de la memoria de un pueblo, son las raíces de vuestra patria, de nuestra humanidad. Son las raíces, y los jóvenes deben ir allí a sacar el jugo de las raíces para que la civilización avance.
Muchas gracias, gracias de todo corazón. Y ahora os daré la bendición y luego pasaré a saludar a todos. Os pido que recéis por mí. Le Seigneur vous bénisse tous, le Père, le Fils, et le Saint Esprit.
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