(ZENIT – 15 abril 2019).- Iniciando la Semana Santa, esta tarde, 15 de abril de 2109, el Papa Francisco se ha dirigido al Monasterio Mater Ecclesiae, para saludar a Benedicto XVI por Pascua, en vísperas de su 92 cumpleaños.
Este encuentro también «ha permitido al Santo Padre expresar con especial afecto» su saludo al Papa emérito, que mañana cumplirá 92 años, detalla la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Nacido el 16 de abril de 1927 en Marktl, Alemania, Joseph Ratzinger fue elegido a la Sede de Pedro, el 19 de abril de 2005. El 11 de febrero de 2013, hizo historia con el anuncio de renuncia a sus funciones, renuncia que se hizo efectiva el 28 de febrero siguiente.
Para su 90º cumpleaños, el 17 de abril de 2017, se celebró una fiesta bávara en su residencia en el Vaticano. Cinco años antes, durante la Misa celebrada el 16 de abril de 2012, el Papa Benedicto XVI enfatizó que estaba “en la última parte” de su vida. “No sé lo que me espera”, confió. Sé, sin embargo, que la luz de Dios está ahí, que Él ha resucitado, que Su luz es más fuerte que todas las tinieblas; que la bondad de Dios es más fuerte que todos los males de este mundo. Y eso me ayuda a avanzar con confianza».
Mater Ecclesiae
El monasterio, nombrado en honor a María, se encuentra en la Colina Vaticana en el interior de los jardines del Vaticano y cerca de la fuente Aquilone. El edificio fue construido entre 1992 y 1994 en el lugar de un edificio administrativo de la gendarmería de la Ciudad del Vaticano y consta de cuatro pisos, con ambientes en común y doce celdas monásticas, un ala de alrededor de 450 metros cuadrados, una capilla, el coro para las claustrales, la biblioteca, un pequeño jardín y un robusto muro que delimita la zona de clausura. Hay además un huerto en el que se cultivan frutas y verduras.
Mater Ecclesiae fue fundada por san Juan Pablo II a fin de contar con un grupo monástico de monjas dentro de la Ciudad del Vaticano para rezar por el papa y la Iglesia. Esta tarea fue el inicio de la competencia de las monjas de la Orden de las hermanas pobres de Santa Clara. Esta asignación se desplazó, sin embargo, cada cinco años a otra orden religiosa femenina.