(ZENIT – 17 abril 2019).- En la tarde del Jueves Santo, el 18 de abril de 2019, el Papa Francisco visitará el Centro Penitenciario Velletri en Roma para la celebración de la Santa Misa “in coena Domini”con los presos.
A las 15.30 horas está prevista la salida del Papa Francisco desde Santa Marta para llegar a las 16.30 al Centro Penitenciario Velletri, donde será recibido por la Directora del Penitenciario, Maria Donata Iannantuono; la Subdirectora, Pia Palmeri; la Comandante de la policía de prisiones, Maria Luisa Abbossida; y el capellán, el P. Franco Diamante. Allí, el Santo Padre saludará a los representantes civiles, a los de la policía y a los de los internos.
A las 17.00 horas el Papa Francisco celebrará la Santa Misa. La ceremonia incluye la homilía y el rito del lavado de pies a 12 reclusos por parte del Pontífice.
Al término de la celebración tendrá lugar el saludo de la Directora del centro penitenciario y un intercambio de regalos. A las 19.00 horas, el Santo Padre regresará al Vaticano.
Jueves Santo
El Jueves Santo comienza habitualmente con la Misa Crismal. Durante esta Eucaristía, que está presidida siempre por el obispo y es concelebrada por los sacerdotes diocesanos, se consagra el Santo Crisma. Esta es una sustancia sacramental con la que se unge a los bautizados, a los que reciben la Confirmación y con la que también son ordenados obispos y sacerdotes.
No obstante, la celebración central del Jueves Santo es la de la Última Cena. Jesús, sabiendo que va a ser entregado, se reúne con sus discípulos y ofrece a Dios Padre su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y del vino.
Lavado de pies
Además de la comunión eucarística, en el Jueves Santo se produce el gesto del lavatorio de los pies, que reproduce la entrega de Jesús en la cruz por amor a todos los hombres. Durante la Última Cena Jesús llama a los suyos “amigos” y no “siervos” y les comunica el mandamiento de la caridad: “Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado” (Jn 15,12). Ese día es celebrado por toda la Iglesia como el Día del Amor Fraterno.
Reserva y adoración del Santísimo
Después de esta celebración, se procede a la reserva y adoración del Santísimo, que ha de ser concebida especialmente desde la perspectiva sacrificial de la Eucaristía: quien está en el sagrario es quien se entregó en la cruz y quien sigue haciéndolo en cada celebración. El Viernes Santo no puede haber consagración eucarística, ya que Cristo muere.