(ZENIT – 3 junio 2019).- Al regresar de Rumanía, el Papa Francisco reflexionó sobre el problema de la emigración en el país y señaló que»alejarse para que no falte nada a los hijos es un acto de amor», expresando su deseo de que «se resuelva esta situación, que no depende solo de Rumanía sino del orden financiero mundial», pues «muchas personas se quedan así solas» añadió.
En el vuelo de vuelta de Rumanía, el pasado domingo, 2 de junio de 2019, como suele hacer, el Papa respondió a las preguntas de los periodistas, principalmente sobre el reciente viaje apostólico y otros temas de interés. La periodista rumana Diana Coada, de Tvr, preguntó al Santo Padre cuál es su mensaje para «una familia que deja a sus hijos para ir al extranjero a trabajar».
3.578.504 personas de Rumanía viven en el extranjero –según la Organización de las Naciones Unidas (ONU)–, lo que supone un 18,32% de la población del país. Los tres países principales que eligen los rumanos para buscar trabajo son Italia, España y Alemania.
El Papa observó que «necesitamos solidaridad mundial y en este momento Rumanía es el presidente de la Unión Europea». En este contexto, recordó que «hay sufrimiento, no es fácil en la situación mundial actual ofrecer oportunidades de trabajo», y «es una injusticia no tener trabajo para tantos jóvenes».
Nivel «impresionante» de nacimientos
El Santo Padre valoró que los rumanos tienen «un nivel impresionante de nacimientos»: «¡No se ve aquí el invierno demográfico!», exclamó.
Asimismo, ante las elevadas cifras de personas que abandonan el país –millones de rumanos trabaja en el el extranjero–, Francisco reveló su preocupación por la «nostalgia» que sienten las familias «por volver a encontrarse», y
Así, el Pontífice recordó uno de los testimonios escuchados en Rumanía: «Ayer escuchamos a esa señora que trabajaba en el extranjero para ayudar a la familia: siempre es una situación dolorosa, se van por necesidad. Y muchas veces estos son los resultados de una política mundial que afecta a este problema».
El Papa indicó a la periodista rumana que conoce la historia del país después de la caída del comunismo y conoce que muchas compañías extranjeras cerraron para irse a otros lugares y ganar más. «Cerrar una empresa y dejar a la gente en la calle. Esto también es una injusticia mundial, general: es una falta de solidaridad», comentó.
La gran dificultad de Rumanía
Días antes del viaje, Mons. Ioan Robu, Arzobispo Metropolita de la Arquidiócesis Latina de Bucarest, anunció en una entrevista a Vatican News que la emigración de Rumanía es «uno de los problemas más graves que atraviesa la población», y apuntó que es “la gran dificultad de Rumanía y de la Iglesia de hoy”.
El prelado católico de Bucarest señaló que “esto trae mucho sufrimiento a nuestras familias, porque hay padres que han dejado a sus hijos en casa y que, por lo tanto, se quedan sin mamá y papá” y añade que “hay casos en los que faltan ambos padres, muchos casos en los que uno de ellos está fuera durante mucho tiempo. Las familias, los jóvenes se van por un salario mejor, por un nivel de vida más alto del que Rumania puede ofrecer”.