(ZENIT – 6 agosto 2019).- Los obispos panameños se muestran conscientes de la necesidad de “una política migratoria integral” en Panamá “que respete los derechos y la dignidad de los migrantes y refugiados” y de que ello “exige un análisis a partir de datos oficiales, de la revisión de leyes y decretos vigentes sobre migración, para adoptar políticas públicas migratorias que garanticen la paz, la solidaridad con los desvalidos, la seguridad y el respeto mutuo entre todos los habitantes de nuestro país”.
Ante el debate en torno a las reformas de las leyes migratorias en Panamá, el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal Panameña ha expresado su preocupación a través de un comunicado difundido ayer, 5 de agosto de 2019.
Se trata de un debate legislativo que, según señala el comunicado, ha generado tensión entre algunos sectores de la sociedad.
Fortalecer el espíritu de solidaridad
En la nota, los miembros del episcopado hacen referencia a las declaraciones del Papa Francisco sobre el asunto de la migración durante su intervención en la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales en mayo: “La Iglesia observa con preocupación el resurgimiento, en casi todas partes del mundo, de corrientes agresivas hacia los extranjeros, especialmente los inmigrantes”.
Por otra parte, describen que, históricamente, Panamá ha constituido “un país de tránsito, conformado por migraciones, unas forzadas y otras animadas por la búsqueda de una mejor calidad de vida”.
Y añaden que esta nación «siempre ha mantenido sus brazos abiertos para recibir a personas de todo el mundo” y que “este espíritu de solidaridad y fraternidad debe fortalecerse, especialmente en estos momentos”.
No son una amenaza
Asimismo, puntualizan que los migrantes no suponen una amenaza “son personas que están buscando mejores condiciones de vida a causa del desplazamiento forzado, la trata humana, la violencia, la pobreza, la persecución política y el terrorismo”.
Y declaran que no se les puede responsabilizar “de los males sociales que nos afectan como país», sino que “debemos buscar caminos de encuentro, de diálogo y de paz que nos hagan crecer en fraternidad y solidaridad”.