(ZENIT – 7 agosto 2019).- “Pedro y Juan nos enseñan a no poner la confianza en los medios, que siempre serán útiles, sino en la verdadera riqueza que es la relación con Cristo resucitado”, ha apuntado el Papa Francisco.
Hoy, 7 de agosto de 2019, el Santo Padre, después de la pausa de julio, ha retomado las audiencias generales en el Aula Pablo VI.
Igualmente, ha reanudado el ciclo de catequesis en torno al libro de los Hechos de los Apóstoles, en concreto, el pasaje en el que un hombre paralítico que pedía limosna en la puerta del Templo se encuentra con Pedro y Juan.
Al ver al paralítico, relató el Papa, “los apóstoles lo miran y le piden que él a su vez los mire, creando así una relación, una relación de miradas, un encuentro real entre personas, que es donde a Dios le gusta manifestarse”. Después, Pedro le dijo: “No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en el nombre de Jesucristo Nazareno, levántate y camina”, y, cogiéndole de la mano, levantó al paralítico.
Así, resaltó el Papa, “el mendigo no obtuvo dinero, sino que recibió el Nombre que salva: Jesús de Nazaret” y continuó diciendo “aquí también vemos el retrato de una Iglesia que mira al que está en dificultad para crear relaciones con significado, puentes de amistad y solidaridad”.
Se trata del rostro de una Iglesia “sin fronteras, que se siente madre de todos, y que vive el arte del acompañamiento que se caracteriza por la delicadeza que se acerca a la tierra sagrada del otro; así, nuestro caminar tendrá el ritmo sanador de la projimidad, con una mirada respetuosa y llena de compasión, y que al mismo tiempo sana, libera, alienta a madurar en la vida cristiana”, expuso el Pontífice.