(ZENIT – 21 agosto 2019).- La Corte Suprema de Victoria, en Australia, ha confirmado la condena contra el cardenal George Pell, emitida en febrero en el juicio en primera instancia por abusos sexuales contra menores.
Así lo ha informado hoy, 21 de agosto de 2019, Vatican News.
A partir de ahora, los abogados defensores del cardenal australiano cuentan con 28 días para presentar la última apelación posible ante la Alta Corte australiana.
En la madrugada de este miércoles 21 de agosto se anunció esta decisión de los jueces, producida después de la audiencia de apelación celebrada a principios de junio. Se trata de una disposición posterior a un primer juicio por delitos de abuso sexual que concluyó sin veredicto.
Esto supuso la celebración de un nuevo juicio en el que el jurado finalmente emitió un veredicto de culpabilidad. Un segundo proceso judicial, por otra parte, fue rechazado por el tribunal por falta de pruebas admisibles.
Comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede
Hoy mismo, ratificando su respeto por el sistema judicial australiano, como se señaló el pasado 26 de febrero, después del anuncio la sentencia en primera instancia, la Oficina de Prensa de la Santa Sede, a través de unas declaraciones de su director, Matteo Bruni, ha manifestado que toma nota de la decisión del tribunal de desestimar la apelación del cardenal Pell.
Asimismo, junto con la Iglesia en Australia, confirma su cercanía a las víctimas de abusos sexuales, así como su compromiso de perseguir a los miembros del clero que son responsables de ello.
La Santa Sede recuerda que el purpurado siempre ha mantenido su inocencia durante todo el proceso judicial y que tiene derecho a apelar ante la Alta Corte australiana.
Por otro lado, Matteo Bruni ha aclarado que, como en otros casos, «la Congregación para la Doctrina de la Fe está esperando el resultado de los procedimientos en curso y la conclusión del proceso de apelación» antes de ocuparse del caso.
Y ha añadido que, tal y como declaró la Oficina de Prensa de la Santa Sede el pasado 26 de febrero, el Santo Padre ya había confirmado las medidas cautelares impuestas al cardenal Pell a su regreso a Australia, esto es, como es habitual, «la prohibición de ejercer el ministerio público y de todo contacto voluntario con menores».
Cardenal George Pell
Mons. George Pell, que ahora cuenta con 77 años, fue creado cardenal en el año 2003 y desde 2013 era miembro del Consejo de Cardenales, conocido como C9, que asesora al Pontífice en la reforma de la Curia. En 2014 fue nombrado prefecto de la Secretaría para la Economía, dicasterio que se encarga de las finanzas de la Iglesia.
También en 2014 fue llamado a declarar por la comisión australiana que investiga los casos de abusos en el país, sobre presuntos encubrimientos a sacerdotes abusadores en la década de los setenta. La acusación se formalizó en diciembre de 2015, aunque el sacerdote negó conocer alguna denuncia.
En octubre de 2016 fue acusado de abusos en Melbourne. La acusación se hizo oficial en 2017 y en julio de ese año el cardenal Pell dejó sus responsabilidades en la Curia romana para regresar a Australia y defenderse personalmente de las acusaciones.
El mismo día de ese anuncio, la Santa Sede difundió una declaración en la que explicaba que el Papa Francisco concedía al purpurado un período de permiso para permitirle «defenderse» en Australia.
El pasado 26 de febrero, igualmente, en la declaración ya nombrada de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Pontífice ratificó las medidas cautelares ya adoptadas contra el cardenal australiano por el Ordinario local en Australia cuando volvió al país.
El cardenal Pell, por su parte, siempre ha defendido su inocencia y ha denunciado ser víctima de un ataque contra su persona.
Los cargos
En mayo de 2018, el purpurado presentó una solicitud de «no culpabilidad» ante la Corte de Magistrados de Melbourne, que le ordenó comparecer para el juicio, indica el mismo medio vaticano.
Los cargos dieron lugar a dos procedimientos denominados «Juicio de la catedral» y «Juicio de los nadadores», respectivamente.
En el primer caso, el cardenal Pell fue acusado de actos obscenos y de agresión sexual contra dos chicos del coro en la sacristía de la catedral de Melbourne, después de la Misa del mediodía, a finales de 1996 y a principios de 1997.
En el segundo caso, los cargos fueron de agresión sexual a dos chicos que lo habían acusado de haberlos palpado mientras estaban en la piscina a finales de los setenta.
“Juicio de la catedral”
El «Juicio de la catedral» se inició en agosto de 2018, pero los jurados no lograron un veredicto unánime o mayoritario. De este modo, en noviembre de ese mismo año, se celebró un nuevo juicio con un jurado distinto y formado por tres personas. Sobre la base de las pruebas presentadas en el tribunal, el jurado concluyó que el cardenal es culpable.
No obstante, el veredicto de condena se anunció el 26 de febrero de 2019, ya que en Australia existe la Suppression order (orden de la ley australiana que impide a los medios de comunicación difundir los hechos de un juicio en curso) para proteger el derecho del acusado a un posterior juicio ecuánime, como era, en este caso, el de los nadadores.
En esa fecha, al mismo tiempo, se hizo público que dicho segundo juicio, previsto para abril, no se celebraría por falta de pruebas admisibles.
Después del juicio
El 12 de diciembre de 2018, el entonces Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke, comunicó que a finales de octubre Francisco había despedido al cardenal Pell del Consejo de Cardenales debido a su «avanzada edad».
Más tarde, a finales de febrero de 2019, el director ad interim de la citada Oficina de Prensa, Alessandro Gisotti, aclaró que el mandato de cinco años del cardenal Pell como prefecto de la Secretaría para la Economía, comenzado en febrero de 2014, concluía y, en consecuencia, dejaba de prestar servicios al Vaticano.
Sentencia y apelación
El 13 de marzo de 2019 tuvo lugar la audiencia para establecer la sentencia. El cardenal fue condenado a seis años de prisión, con posibilidad de pedir libertad condicional una vez transcurridos 3 años y 8 meses.
El cardenal apeló y, más tarde, fue trasladado a la cárcel, donde comenzó a cumplir su condena. La audiencia de apelación se celebró los días 5 y 6 de junio y hoy se ha conocido su resolución.