(ZENIT – 21 agosto 2019).- Esta mañana, durante la audiencia general, celebrada este miércoles, 21 de agosto en el aula Pablo VI, una niña, víctima de un trastorno, inconsciente de lo que hace, ha subido las escaleras del estrado donde se sienta el Santo Padre, e interrumpiendo su intervención, le ha estrechado la mano.
El Papa, que en ese momento estaba impartiendo la catequesis en italiano, indicó a los responsables de seguridad que no le impidieran estar allí: “Déjala tranquila. Dios habla por medio de los niños. Déjala, déjala”, palabras que suscitaron un gran aplauso por parte de los peregrinos que estaban en la sala.
Después, la niña ha estado jugando, corriendo y haciendo palmas en la misma tarima de manera inconsciente, ajena a lo que sucedía a su alrededor. El Santo Padre ha bendecido a la hermosa muchacha y a sus padres al término de la audiencia, en el aula Pablo VI.
Antes de finalizar la audiencia, el Papa ha pedido a todos los presentes rezar por esta chica «tan bella», ha especificado, «porque es bella», «víctima de una enfermedad, no sabe lo que hace», recordando que «siempre que vemos a una persona que sufre debemos orar».
El Pontífice se ha dirigidos a todas las personas presentes en la sala: «Yo pregunto una cosa, pero cada uno que responde en su corazón: ¿He rezado por ella, viéndola, he rezado para que el Señor la cure, la proteja?». ¿He rezado por sus padres y por su familia?».
«Siempre que veamos a una persona que sufre, debemos rezar», ha exhortado Francisco. «Que esta situación nos ayude siempre a hacernos la siguiente pregunta: ¿He orado por esta persona que he visto, que se puede ver que está sufriendo?».