(ZENIT – 29 agosto 2019).- Con el evocador título «Nuestra casa común está en llamas», la Iglesia boliviana emitió una declaración que pone de manifiesto la preocupación y el clamor por la catástrofe de los incendios en la Amazonía y advierte de las consecuencias del desastre ecológico en curso.
Los obispos de Bolivia hicieron público el comunicado el 26 de agosto de 2019, desde el “Primer Encuentro de obispos de la Iglesia Católica con representantes de pueblos y comunidades amazónicas de Bolivia”, organizado por la Conferencia Episcopal Boliviana en colaboración con la Red Eclesial Panamazónica (REPAM).
La declaración de los obispos denuncia abiertamente al gobierno nacional «la lógica del capitalismo depredador de la naturaleza» y llama a acciones solidarias, efectivas y legales para enfrentar la catástrofe.
En esta línea, los obispos bolivianos piden “a todas las autoridades y al Gobierno Nacional que destinen urgentemente los recursos necesarios para combatir el fuego y que gestionen con transparencia la ayuda internacional adecuada para que los afectados puedan recuperarse y para evitar que este desastre se torne incontrolable e irreversible».
En segundo lugar, solicitan al Gobierno Nacional «declarar las áreas de bosques afectados por el fuego como tierras de inmovilización, con pausa ecológica y absoluta prohibición de todo cultivo y extracción, promoviendo sólo actividades de reforestación”.
Y además, –declararon– «se deben revocar de inmediato las autorizaciones de desmontes y chaqueos y, al mismo tiempo, hacer una auditoría técnica de las autorizaciones realizadas que permita sancionar legalmente a los responsables de esta catástrofe amazónica».
Decreto «irresponsable e imprudente»
En el mensaje, los prelados declaran: «Un millón de hectáreas de nuestra selva amazónica están en llamas. Las consecuencias de este desastre ecológico son muchas. Cuando percibimos que esta catástrofe es el resultado de la acción humana, debemos ejercer nuestra misión profética de buscar y denunciar abiertamente sus causas. Consideramos irresponsable e imprudente el decreto supremo n. 3973 del gobierno nacional, del pasado mes de julio, que autoriza la quema de tierras de forma «controlada», pero no se ofrecen medidas sobre las condiciones y mecanismos para hacerlo».
«Incluso en nuestro país -continúa la nota- existe un capitalismo tecnocrático y agresivo hacia nuestra hermana madre tierra, que promueve proyectos hidroeléctricos y de extracción de hidrocarburos».
Solidaridad
Los obispos añaden: «Por eso, como Iglesia, nos unimos en solidaridad con el dolor y el clamor de la tierra y de los habitantes de estos territorios, en particular, de los pueblos indígenas, custodios del Hogar Común, ofreciendo ayuda material y donaciones».
Asimismo, agradecieron el esfuerzo de las personas e instituciones que «se comprometen con responsabilidad y sacrificio» a lo que está sucediendo en la Amazonía en llamas. «Pedimos al gobierno que declare estas tierras, como áreas en pausa ecológica para promover la reforestación», indicaron.
El mensaje fue presentado en conferencia de prensa, en la Casa de retiros Cardenal Maurer, por el secretario general de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), Mons. Aurelio Pesoa, acompañado por Mons. Ricardo Centellas, presidente de la CEB; Mons. Eugenio Coter, coordinador de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) en Bolivia; Mons. Robert Flock, obispo de San Ignacio de Velasco; Herland Domínguez, del Comité de defensa del Río Madera; y Willy Llanque, secretario técnico de la REPAM en Bolivia.