(ZENIT – 2 septiembre 2019).- Reconociendo que los prelados deben conocer lo que piensan los laicos, el Santo Padre precisa que la sinodalidad no constituye una mera encuesta ni un Parlamento. Es necesaria la presencia del Espíritu Santo: “Si no hay Espíritu Santo, no hay Sínodo. Si el Espíritu Santo no está presente, no hay sinodalidad”.
En la mañana de hoy, 2 de de septiembre de 2019, el Santo Padre ha recibido en audiencia a los obispos del Sínodo de la Iglesia greco-católica ucraniana que ha comenzado esta mañana en Roma y cuyo tema es “Comunión en la vida y en el testimonio de la Iglesia greco-católica ucraniana”.
Durante el encuentro, el Papa Francisco no pronunció discurso, pues en el que mantuvo el pasado 5 de julio de 2019 con los miembros de la Iglesia greco-católica “dijo todo lo que tenía que decir”.
No obstante, sí que dedicó unas palabras a los presentes como respuesta al saludo de su beatitud Shevchuk, jefe de la Iglesia greco-católica de Ucrania: “Tú has subrayado una cosa que no debemos perder: sínodo y sinodalidad, y el Espíritu Santo”, apuntó Francisco.
Así, el Pontífice alertó sobre el peligro de creer que “hacer camino sinodal o tener una actitud de sinodalidad” significa “hacer una encuesta sobre las opiniones, qué piensa éste, ese, aquel, y luego reunirse, ponerse de acuerdo… ¡No, el Sínodo no es un Parlamento!”.
Finalmente, el Santo Padre pidió a los obispos de la Iglesia greco-católica ucraniana que entren en el Sínodo «con este espíritu, con el Espíritu Santo. Rezad al Espíritu. Discutid entre vosotros, todo lo que queráis… ¡Pensad en Éfeso, cómo discutían aquellos! Pero eran buenos…”.
A continuación se expone el saludo completo del Papa Francisco.
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Saludo del Santo Padre
No hay discurso, porque en el encuentro que tuvimos [en el Vaticano, 5 de julio de 2019], el Papa dijo todo lo que tenía que decir.
Pero tú has subrayado algo que no debemos perder: el sínodo y la sinodalidad, y el Espíritu Santo. No es por hacer publicidad, pero en el último «Osservatore Romano», el que tiene la fecha del domingo, publicado el sábado, hay un hermoso artículo sobre la presencia del Espíritu Santo en el camino sinodal. Porque existe un peligro: creer, hoy, que hacer camino sinodal o tener una actitud de sinodalidad signifique hacer una encuesta sobre las opiniones, qué piensa éste, ese, aquel, y luego reunirse, ponerse de acuerdo … ¡No, el Sínodo no es un Parlamento! Hay que decir las cosas, discutir cómo se hace normalmente, pero no es un Parlamento. Sínodo no es ponerse de acuerdo como en política: te doy esto, tú me das esto. No. Sínodo no es hacer encuestas sociológicas, como algunos creen: «Veamos, le pedimos a un grupo de laicos que haga una encuesta, si tenemos que cambiar esto, eso, aquello…». Vosotros, ciertamente, necesitáis saber lo que piensan vuestros laicos, pero no es una encuesta, es otra cosa. Si no hay Espíritu Santo, no hay Sínodo. Si el Espíritu Santo no está presente, no hay sinodalidad. Todavía más, si no hay Iglesia, la identidad de la Iglesia. ¿Y cuál es la identidad de la Iglesia? San Pablo VI lo dijo claramente: la vocación de la Iglesia es evangelizar, todavía más: su identidad es evangelizar. Entrad en este Sínodo vuestro con este espíritu, con el Espíritu Santo. Rezad al Espíritu. Discutid entre vosotros, todo lo que queráis… ¡Pensad en Éfeso, cómo discutían aquellos! Pero eran buenos… Y al final fue el Espíritu el que los llevó a decir: «María, Madre de Dios». Este es el camino. Es el Espíritu. Porque no queremos convertirnos en una Iglesia congregacional, sino en una Iglesia sinodal. Y seguid adelante por este camino.
Ahora os invito a rezar a Nuestra Señora, todos juntos, para recibir la bendición.
Dios te salve María …
[Bendición]© Librería Editorial Vaticana