(ZENIT – 2 septiembre 2019).- Perú es uno de los nueve países que constituyen la Amazonía. Con una extensión de casi 8 millones de kilómetros cuadrados, la región del Amazonas está formada por parte de Brasil, Bolivia, Venezuela, Perú, Ecuador, Colombia, Guyana, Suriname y Guayana Francesa.
Del 6 al 27 de octubre de 2019, tendrá lugar en el Vaticano la Asamblea Especial del Sínodo de los 0bispos para la región Panamazónica, en la que obispos y expertos de todo el mundo reflexionarán sobre el tema “Amazonía: Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral”.
La Amazonía peruana
Después de Brasil, Perú es el segundo país en territorio de selva amazónica. Así, la Amazonía peruana comprende un área de 782,880.55 kilómetros cuadrados al este de la cordillera de los Andes.
Es una de las zonas con mayor biodiversidad y endemismos (estado ecológico de una especie que es única para una ubicación geográfica definida) del planeta y ocupa dos regiones naturales: la selva alta y la selva baja, más del 60% del territorio peruano.
Pueblos indígenas
No obstante, a pesar de su extensión, esta demarcación también se caracteriza por ser la menos poblada de Perú, ya que acoge solo al 13% de los habitantes del país.
En este área coexisten los descendientes de más de 51 pueblos indígenas. Además, en ella aún perviven un gran número de comunidades indígenas consideradas aisladas.
La contaminación ambiental, la extracción ilegal de madera, la depredación de la fauna, la biopiratería y la desertificación y la explotación petrolera son los principales factores que provocan la destrucción de la selva peruana. El impacto negativo de todos ellos presenta como efectos primordiales la degradación de los recursos naturales y la rápida disminución de las condiciones de vida de la población.
El territorio amazónico de la citada nación posee 10 jurisdicciones eclesiásticas: 8 vicariatos y 2 diócesis.
La Iglesia en la Amazonía peruana
Según indica la página oficial del Sínodo de la Amazonía, las primeras expediciones misioneras en el territorio amazónico peruano se produjeron en el siglo XVI, tras el descubrimiento del río Amazonas por Francisco de Orellana (1542).
En el siglo XVII, los jesuitas crearon misiones, acercándose a los diferentes pueblos indígenas de la zona. Durante la época colonial también estuvieron presentes las órdenes de los dominicos, de los mercedarios y de los franciscanos.
A fines del siglo XVI, santo Toribio de Mogrovejo, obispo de Lima, realizó una visita pastoral a la provincia de Moyobamba.
Los jesuitas fundaron numerosas misiones o reducciones a lo largo del río, enfrentándose a los constantes desafíos que ostentaban las condiciones de la selva y a las invasiones portuguesas. En 1760, antes de ser expulsados por decisión del monarca Carlos III, dichas reducciones de los jesuitas abarcaban 12, 229 indígenas en 34 pueblos, con 22 misioneros.
La Orden Franciscana sustituyó a los jesuitas en la provincia de Maynas en el siglo XIX. Y en el XX, a través del decreto de erección de las Prefecturas Apostólicas (vicariatos), promulgado el 5 de febrero de 1900, agustinos, franciscanos y dominicos se establecieron en la Amazonía peruana. Más tarde llegaron los pasionistas y los jesuitas.
Los Vicariatos Apostólicos, como pequeñas circunscripciones eclesiásticas, establecieron obras de promoción, salud y formación para las comunidades.