Universidad abat oliba ceu

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Dra. Mar Álvarez Segura: «Estamos constituidos por el Absoluto. Nos define la presencia de Dios en nosotros»

Entrevista exclusiva a ‘zenit’

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(ZENIT – 4 sept. 2019).- La Universidad Abat Oliba CEU organiza y acoge el I Congreso Europeo de Antropología Cristiana y Ciencias de la Salud Mental en Barcelona los días 13 y 14 de septiembre de 2019.

Participarán figuras de referencia como el Dr. Paul Vitz de la Universidad de los Legionarios de Cristo en Virginia, Estados Unidos, Sarah Lane de Edimburgo, Martín Echavarría, Michael S. Serwin, Werner May o Juan José Pérez Soba de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma.

Es un esfuerzo en profundizar en la visión holística de la psicología y ciencias de la salud, al servicio del ser humano que es Hijo de Dios y para el cual lo somático tiene repercusión en el espíritu. El Congreso pretende ser una aportación importante, a nivel europeo y más allá, a la visión integral de la persona humana, que es espíritu encarnado. 

La Dra. Mar Álvarez Segura, promotora del Congreso, concede esta entrevista Pen exclusiva para zenit, a través del corresponsal Jordi Picazo, unas semanas previas al encuentro: «Creo que este I Congreso tiene un objetivo muy unificador, muy unitivo». Se pretende abundar en la importancia de definir un lenguaje más adecuado en el estudio de la base del conocimiento de lo que es el ser humano, reforzando la antropología desde un punto de vista cristiano hacia una integración de las realidades que impactan en el hombre y la mujer. 

Jordi Picazo: Dra. Álvarez, dada la importancia de esta línea de investigación sobre una antropología más filosófica y trascendental de lo que es habitual en las universidades españolas, pudiera parecer que ya estaban tardando, si se puede hablar así, a la hora de organizar este I Congreso Internacional sobre Antropología Cristiana.

Mar Álvarez Segura: Ha sido necesario que confluyeran varias fuerzas, no siempre ha sido posible, y hemos tardado pero al final lo hemos hecho (Ver aquí programa en la Universidad Abad Oliva de Barcelona). Este año han confluido tres fuerzas, que han dado el suficiente empuje, porque por una parte hay un grupo de profesionales muy vinculados con el CEU y otras universidades españolas que lo ven como una necesidad y hay una apuesta; esto se une también a los trabajos del EMCAPP, el European Movement for Christian Anthropology Psychology and Psychotherapy, un movimiento de psicólogos y terapeutas cristianos que llevan muchos años trabajando en Europa y teniendo sus pequeños encuentros y que nos solicitan poderlo hacer juntos; así a la vez se cuenta con su red de contactos. Esta sería la segunda fuerza. Y la tercera fuerza es la cátedra Fernando Rielo de la Universidad Pontificia de Salamanca, que también nos ayuda en la organización de este evento.

Es cuando estas tres fuentes confluyen cuando podemos tener las mínimas garantías a la hora de traer personas y realmente poder hacer una aportación con un tono de diálogo y de mucha apertura y a nivel europeo. Afortunadamente hay mucho recorrido hecho aquí en España a nivel de varias universidades; en Comillas, en la Pontificia de Salamanca, en la universidad de la Mística en Ávila, en la fundación Vidal y Barraquer de Barcelona hay ya una trayectoria muy fructífera de este diálogo entre espiritualidad y psicología. Pero a nosotros nos interesaba hacerlo a nivel europeo y poniendo el énfasis en la antropología cristiana. 

Jordi Picazo: ¿Y qué me puede decir sobre la urgencia hoy de la investigación antropológica ante el gran vacío existencial en el mundo contemporáneo, tal vez el mayor de la historia?

Mar Álvarez Segura: Me parece crucial este punto de la urgencia, y a todos nos ha movido enormemente el considerarlo así. La psicología y la espiritualidad hay que integrarlas pero esto no se puede hacer si no se sustenta en una antropología realmente sólida. Sin esta antropología sólida ningún intento de integración va a ser real y podemos promover sin quererlo, como dice el Dr. Paul Vitz, más bien un narcisismo espiritual. Es preciso una antropología que vuelva a poner las bases de aquello que es el ser humano, la persona, y un énfasis en aquello que es más importante: que estamos constituidos por el Absoluto. Nos define la presencia de Dios en nosotros. A partir de aquí, exploramos cómo esta presencia de Dios, esta presencia del Absoluto entra en juego con todas las dinámicas psicológicas, las dinámicas psico-espirituales: hay que investigar, hay que abrir este debate. Hoy día desde mi experiencia en el diálogo sobre lo que es el ser humano y su realidad, la psicología y las ciencias de la salud mental en general han cogido a mi modo de ver demasiado terreno y se han inmiscuido quizás en un terreno que no les compete.

Jordi Picazo: Y, ¿cuál sería el peligro de abandonar todas estas facetas o dimensiones del ser humano a estas ciencias de una manera reduccionista?

Mar Álvarez Segura: Que empobrece mucho el discurso. Y como empobrezcamos la complejidad del objeto de estudio estamos perdidos. Entonces yo creo que aquí se hace necesario, urgente como tú dices, abrir realmente un diálogo. Porque es que estamos hablando de la persona, que es altísimamente compleja. La psicología llega donde llega. 

Te podría poner muchos ejemplos. Una cosa que ahora vemos mucho es que a cualquier cosa se le llama depresión. Con solamente la psicología, uno no tiene elementos suficientes para distinguir un estado de apatía espiritual de una depresión clínica. Ni siquiera un estado de apatía espiritual de un proceso de purificación espiritual. Y te podría decir más: en psicología muchos síntomas se describen como un vacío, por ejemplo se habla de un vacío en el caso de los trastornos de la personalidad; pero este vacío hay que matizarlo y ponerle apellido, ver de qué tipo de vacío se trata, si es por ejemplo un problema de una conciencia de separación, o es en cambio un problema más moral o ético; o se trata en cambio de un vacío por una falta afectiva ya desde la infancia. 

En esto a mí me gusta mucho coger siempre como punto de referencia la década de los 50 del siglo XX con el Papa Pío XII. Pío XII promovió varios congresos con psicoterapeutas y psicólogos de todo el mundo. Y existe un libro de Pablo Verdier Mazzara donde están recogidos algunos de sus fragmentos. Una cosa que nos sirve de guía, y de ahí vemos la necesidad de esta integración bien entendida, es cuando en un momento de este V Congreso Internacional de Psicoterapia y Psicología en el año 53 Pío XII habla y resalta que así como la medicina ha llegado a estudiar muy bien los mecanismos y dinamismos de los órganos y las funciones, y en fin todas las estructuras, todavía nos queda mucho por comprender los delicados engranajes que ensamblan el alma humana, que son mucho más delicados y mucho más complejos de lo que puede describir la medicina. Me gusta mucho la expresión “delicados engranajes con que está ensamblada el alma humana”. Y Pío XII ahí decía que hay necesidad de poner nombre, de investigar lo que está pasando en el ser humano, y yo te diría que nos falta hasta el lenguaje apropiado. Por eso vamos a nuestro I Congreso y yo así lo considero al menos, sabiendo que hay mucho por hacer, muchísimo. Pero si no nos ponemos a establecer un diálogo y a matizar, llamaremos de la misma manera a cosas que son radicalmente distintas en origen.

Por ello es por lo que cuando hablamos de casos clínicos nuestra intención es poder hacerlo desde una perspectiva psicológica, una perspectiva moral y espiritual, con una antropología que la sustente. Es decir, esto es el alma pero ¿quién gobierna el alma? El que gobierna el alma en última instancia es el espíritu, no es ninguna potencia aislada, que es lo que nos pasa hoy en psicología, ¿no es así? Ello sería absolutizar potencias aisladas, la imaginación, la voluntad, la emoción, la razón… y en el fondo cuando absolutizas potencias aisladas, estás disgregando al ser humano. Yo creo que por eso este I Congreso tiene un objetivo muy unificador, muy unitivo. 

Jordi Picazo: Me llama poderosamente la atención el uso que hacéis de la idea de unidad, de unicidad, el uno. La visión holística del ser.

Mar Álvarez Segura: Nos interesa muchísimo esta visión. La palabra clave, te decía, es integrar, integrar toda la experiencia, porque es a lo que estamos llamados. Parece que si no integramos el ser humano sufre de una forma desconsolada. Ahora bien, en esta integración tiene un papel fundamental la dimensión espiritual, porque sólo el espíritu es capaz de gobernar toda el alma y asumir y hacer síntesis de todas las experiencias que uno va teniendo, y a partir de ahí proyectarse adecuadamente en las decisiones. 

La gran tragedia hoy en día es que el ser humano está cada vez más disgregado y además esto se está viendo en una patología muy concreta que está aumentando a marchas muy forzadas: es el tema de la patología límite de la personalidad. Si algo caracteriza a la patología límite es precisamente la disgregación, incluso hay autores que la llegan a llamar la patología de la desintegración. Como consecuencia las facultades humanas quedan totalmente a la deriva sin ningún centro organizador. Los que padecen esta patología son personas que te toman una decisión un día, otro día otra, y otro día de repente tienen otro estado de ánimo: es un caos que produce un sufrimiento enorme. 

¿Holístico, mencionabas? ¡Claro!, porque no podemos separar estas realidades en la persona humana. No hay nada que afecte al soma –y esto lo decía el famoso psiquiatra Víctor Frankl– que no tenga su repercusión psicológica y que no afecte al espíritu. Y es vital ver todo esto en una unidad, en una integración apropiada; porque aquí existen dos tendencias muy grandes hoy en día, que a todos nos puede afectar: una, psicologizarlo todo en exceso y dejar el campo del espíritu solo casi de adorno; y dos, la excesiva espiritualización, contrarias ambas a la adecuada integración.

Es lo que nos ha pasado a muchos profesionales cristianos de la salud mental: personalmente cuando yo estaba haciendo la residencia en psiquiatría me vi abocada a una realidad: “mira, parece que yo tengo una sensibilidad espiritual, una sensibilidad religiosa, pero parece que cuando estoy trabajando tengo que establecer una separación total con el pensamiento analítico”; y pienso también que muchas profesionales por un lado nos hemos visto obligadas a esto porque no sabíamos cómo hacerlo, ¿no? Es una tendencia muy fuerte. A veces quieres apañar esta tendencia diciéndote: “voy cogiendo las corrientes psicoterapéuticas de distintas escuelas y luego les añado sentido común”. Pero tampoco bastará con eso, yo creo que hay que sistematizarlo; dialogar; reflexionar; abrir debates, y estudiar juntos: investigar. No basta con el “yo en el día a día le meto sentido común a esta teoría psicoanalítica o a esta teoría cognitiva conductual, que es muy extrema en algo”. Vale, sí, pero vamos a hablar de cómo metes sentido común en el día a día a estas teorías que parten de realidades concretas. Porque tal vez estás haciendo una integración práctica muy bien hecha, y hará falta teorizarla. 

Y luego la otra tendencia que te decía, opuesta a la primera de psicologizarlo todo es espiritualizarlo todo mucho, ¿no? Espiritualizarlo todo en exceso sin tener en cuenta los condicionantes psicosomáticos. Ahí tienes, a veces sin quererlo, tendencias que tienden casi a un pensamiento mágico o a acudir en exceso a técnicas de sanaciones en las que no te ayudan realmente a disponer tu interior, a ir entendiéndolo y a abrirlo para disponerlo a recibir cada vez más el amor divino. Pero para eso tienes que hacer también cambios en tu vida, y reflexiones también. No bastará simplemente con una cuestión de piedad que no quede integrada. En este aspecto recordemos que nosotros somos espíritu encarnado, es decir, somos espíritu psico-somatizado y no un espíritu puro. Esta integración es una urgencia, requiere un orden para saber qué aspecto de la persona necesita reforzarse para luego poder salir de uno mismo al otro de manera adecuada. Toda esta integración implica una dinámica muy rica y compleja que yo creo, me atrevo a decirte, que solo el cristianismo puede iluminar. 

Desde esta visión pienso que realmente tenemos mucha responsabilidad, porque toda la ley cristiana se resume en dos mandamientos, ¿no? El decálogo resumido en dos mandamientos, que es uno doble, que no es más que el amor de Cristo llevado a los demás: amamos a los demás con el amor de Cristo. “Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”. Ahí hay una cosa que pudiera pasar desapercibida: se trata de “al prójimo como a ti mismo”, podríamos olvidarnos del “como a ti mismo”, aquí entraría un poco la autoestima me da la impresión, la necesidad de cuidar la autoestima propia, pues cómo vamos a amar a otro si no se ama uno a sí mismo. Eso por un lado, y también cómo vas a amar a otro con un pobre amor si no es el amor más grande que es el amor de Dios.

Jordi Picazo: ¿Qué frutos esperáis de este I Congreso Internacional? ¿Vais a crear algo parecido a un “hub”, o a un “think tank”, para ir creando continuamente y de forma perenne pensamiento sobre esto? Y luego como comenta el Dr. Vitz que también participará: en las universidades de EE. UU. se pelean para reclutar alumnos de procedencia asiática, pues muestran mayor estabilidad emocional, obtienen consistentemente mejores resultados académicos y no se niega que ello es fruto de sus familias más unidas que la media del país. Les dan así a estas universidades más prestigio en las estadísticas. Esto enlaza con la dimensión relacional de la persona, en la familia unida hay simbiosis, sinergias, amor correspondido.

Mar Álvarez Segura: Lo que pretendemos con este I Congreso es que actúe como catalizador. Nosotros hemos visto que ya hay muchas iniciativas y algunas muy buenas pero queríamos que hubiera un encuentro a nivel europeo: creemos todos que en Europa es donde este discurso había decaído y es necesario reavivarlo. Pretendemos que este I Congreso sea así un catalizador que junte muchas iniciativas que hasta ahora existían solo a nivel de pequeños grupos y que a partir de aquí se pueda seguir organizando congresos; y ojalá surgiera un think tank que decías, estamos muy abiertos aquí a ir por donde sople el Espíritu Santo. Es un programa el de este I Congreso muy general, muy abierto, que incluye además seminarios sobre la familia, la vida consagrada, la psicoterapia; o sea que no se trata de una temática excesivamente concreta. Y estamos ya viendo que cara a siguientes ediciones nos gustaría concretarlo en temas más circunscritos, en temas no tan abiertos sino que vemos que precisan de una reflexión más profunda. Por ejemplo, nos preocupa mucho en el ámbito de la psicología el papel de la propia libertad y responsabilidad de la persona, y eso es un tema muy candente en el propio devenir, en el propio proceso de patología. 

Formo parte de una network de St. Catherine´s College de la Universidad de Oxford en la que trabajamos los trastornos de personalidad. En este network llamado “Understanding Personality disorders Network” nos juntamos clínicos, antropólogos, filósofos y alguna vez algún teólogo para profundizar en la comprensión de trastornos tan complejos como son los trastornos de personalidad. En esta línea, y en siguientes ediciones del Congreso nos gustaría centrarnos en temáticas concretas como por ejemplo la comprensión de la depresión desde una visión antropológica, psicológica y teológica; o en el papel de la malicia humana, un tema muy delicado en el desarrollo de las distorsiones de la personalidad. En estos procesos hemos visto y estamos viéndolo en estos personajes narcisistas malignos que han surgido convirtiéndose incluso en líderes carismáticos en la propia Iglesia, y que al final han resultado ser personas realmente devastadoras. Y aquí hay una necesidad de investigar incluso el papel del propio diabolismo. Esto lo explica muy bien el cardenal Robert Sarah cuando decía que este tipo de patología no es solo psicológica, sino también espiritual. Incluso se identifican unas fases en este proceso en las que la propia persona puede llegar a sentirse enormemente tentada por el diablo con insinuaciones muy vanidosas. Y de una forma muy sutil les conquista promoviendo lo que el filósofo Fernando Rielo describe como una egofrenia que acaba en una egolatría, esto es, un verdadero culto al yo, que es lo más opuesto a la propuesta evangélica. En definitiva, nos gustaría en próximas ediciones centrarnos en temas muy concretos que existen y que han lastimado mucho a la iglesia, muchísimo. 

Jordi Picazo: Resalta la globalidad de procedencias de los ponentes: Sudáfrica, Reino Unido, España, Polonia, Estados Unidos…

Mar Álvarez Segura: Una de las fuentes es el EMCAPP, y fruto de todos estos años de trabajo y de establecer amistad con estas personas: hay mucho recorrido previo. 

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*Mar Álvarez Segura, M.D., Ph.D es médico psiquiatra especializada en el tratamiento del trauma en testigos de violencia doméstica en el Centro de Salud Mental Infantil y Juvenil CSMIJ Cornellà-Hospital Sant Joan de Déu en Barcelona. Es profesora de la Universitat Abat Oliba CEU en el área de la personalidad.

**Jordi Picazo es profesor y escritor. Obtuvo un Máster en Filología Inglesa en la Universidad de Barcelona y esta colegiado como periodista en España y Reino Unido.

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ZENIT Staff

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