(ZENIT – 5 sept. 2019).- Hoy, 5 de septiembre de 2019, a las 17.15 horas, el Papa Francisco ha realizado una visita privada a la Casa «Mateo 25», en Maputo, Mozambique.
Este encuentro forma parte del programa del viaje apostólico del Papa Francisco a África, que tiene lugar del 4 al 10 de septiembre y cuyo primer destino es Mozambique, y después continuará en Madagascar y Mauricio.
«Mateo 25»
La Obra «Mateo 25» es una iniciativa de la Nunciatura Apostólica del país mozambiqueño en colaboración con poco más de 20 comunidades religiosas locales.
Es un proyecto creado para ayudar a los jóvenes y a los niños de la calle con comida, servicios higiénicos y sanitarios.
Durante más de un año, en diversas sedes, un nutrido grupo de fieles voluntarios de esta Obra «Mateo 25» recorre cada noche las calles de Maputo para ofrecer comida caliente a los más necesitados.
La visita del Papa
En su visita privada al centro, estaba previsto que el Pontífice fuera recibido por el presidente de la República. Después, cerca de la capilla, donde se ha colocado una lápida conmemorativa, esperaban al Papa 3 religiosas y un sacerdote del equipo de coordinación de esta obra.
El Obispo de Roma les ha ofrecido un regalo para la Casa «Mateo 25» y después se ha encontrado con las personas asistidas por esta iniciativa de la Iglesia.
Regalo del Papa
El regalo que el Pontífice ha entregado a la Casa «Mateo 25» es una figura del Sagrado Corazón de María.
Se trata de una reproducción en yeso esmaltado de la imagen milagrosa de «Nuestra Señora de las Lágrimas», venerada en la ciudad siciliana de Siracusa, Italia, desde 1953.
La devoción a esta imagen
Esta devoción surgió después de un prodigioso evento que tuvo lugar en la habitación de la joven pareja Iannuso. Lucía pasó allí un embarazo difícil, que le causó la pérdida parcial de la vista.
Esta afección empeoró con el paso de las semanas hasta el punto de que, en la noche del 29 de agosto, se quedó completamente ciega. Mientras esperaba a la mañana del día siguiente con su marido, inesperadamente, a las 8:30 horas, no solo recuperó la vista como antes, sino que su mirada se volvió hacia la imagen de la Virgen situada a la cabeza de la cama.
Lucía vio entonces caer grandes lágrimas sobre el rostro de la Virgen y comenzó a llamar a su marido: «¡La Madonnina está llorando!».
Repercusión del milagro
La noticia se difundió rápidamente en Siracusa y los medios de comunicación dieron importancia al suceso en toda Italia y en el mundo.
El milagro causó una gran repercusión y en pocas horas el hogar de la pareja Iannuso se convirtió en un destino para peregrinos, ya que todos querían ver la consabida imagen de la Virgen.
Lágrimas humanas
Las lágrimas se produjeron, a intervalos más cortos o más largos, tanto dentro como fuera de la casa, desde el 29 de agosto hasta el 1 de septiembre. Muchas personas vieron con sus propios ojos, tocaron con sus propias manos, cogieron y probaron la salinidad de esas lágrimas. Un cineasta, por su parte, grabó uno de los momentos del prodigio.
Al mismo tiempo, la comisión de médicos y analistas nombrados por la Curia arzobispal consiguió tomar una muestra de ese líquido mientras brotaba de los ojos de Nuestra Señora. Después de haberlo sometido a análisis, la respuesta científica fue que constituían lágrimas humanas.