(ZENIT – 20 sept. 2019).- Juan José Pérez Soba, profesor del Pontificio Instituto Juan Pablo II para los Estudios de Matrimono y Familia en Roma, ha impartido una ponencia y ha participado en una mesa redonda y en un taller de trabajo en el I Congreso Internacional sobre Antropología Cristiana y Ciencias de la Salud Mental los días 13 y 14 de setiembre de 2019.
Este I Congreso Internacional se ha celebrado en la Universitat Abad Oliba-CEU de Barcelona. Allí, zenit le entrevistó en exclusiva sobre la Persona y la Inmortalidad del Alma Humana.
Juan José Pérez Soba (Madrid, 1964) es un sacerdote español Licenciado en Teología Moral por la Universidad Pontificia de Comillas y Doctor en Teología por el Pontificio Instituto Juan Pablo II para los estudios de Matrimonio y Familia de Roma. Es también Profesor y director de estudios del Máster en Ciencias del Matrimonio y la Familia del Pontificio Instituto Juan Pablo II en Madrid, y director de estudios del Máster de Pastoral del Matrimonio y la Familia.
Desde 1995 es Catedrático de Moral Fundamental y Vida Cristiana de la Facultad de Teología de San Dámaso de Madrid. Es Miembro del Consejo de la Subcomisión de Familia y vida de la Conferencia Episcopal Española desde 1998.
A continuación, ofrecemos la entrevista exclusiva para zenit, realizada por el periodista Jordi Picazo*.
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zenit: Dr. Pérez Soba, el alma humana es espiritual, inmaterial, ¿o es simplemente el alma algo que anima el cuerpo que somos, perece y posteriormente resucita con él?
Juan José Pérez Soba: La respuesta es sencilla, dentro de la antropología cristiana el tema de la inmortalidad del alma ha sido un tema esencial. Toda la escatología que escribió Ratzinger en su momento fue para defender el concepto de alma como concepto cristiano, no exclusivamente griego; yo creo que es un error pensar que el alma inmortal es un concepto griego cuando realmente es un concepto cristiano y que aparece dentro de la visión fundamental de cómo dentro de la creación del hombre hay una acción directa de Dios.
En el tema del alma inmortal reconocemos que hay algo que actúa desde Dios en el hombre de tal manera que el hombre es un acto de amor de Dios que permanece para siempre. Eso permite ver cómo dentro de ese amor hay un aspecto espiritual propio que tiene su propia realidad y que permanece también para siempre y explica, como hace San Pablo, que hay un cuerpo que se deshace pero hay una llamada de Dios que permanece, y que permanece, insisto, para siempre. En ese edificio que construyen las manos de Dios, yo creo que es una cuestión esencial lo que significa el alma inmortal y sin la cual es imposible comprender al hombre.
A San Juan Pablo II le gustaba mucho esa expresión de que hay algo en nosotros que no muere. Para indicar precisamente que hay algo en nosotros que siendo inmortal es lo que permite al hombre que haya una llamada de inmortalidad en él, que Cristo ha llevado a plenitud.
zenit: ¿Sin embargo, algunos defienden que el alma estaría en standby tras la muerte, junto al cuerpo, en la espera de la Resurrección?
JJ. Pérez Soba: No, no, no deja de existir en el tiempo, eso está claro; el alma existe y otra cosa es que tiene una llamada a la corporeidad a la que Cristo mismo responde con su propia Resurrección. Por eso decimos que resucitamos en Cristo. Y el Cuerpo Resucitado de Cristo que tomamos en la Eucaristía es para nosotros prenda de inmortalidad. Es decir, nos da esa inmortalidad que un día será plena.
zenit: No solo tenemos un cuerpo, somos cuerpo, ha explicado usted en su ponencia en este Congreso.
JJ. Pérez Soba: Somos cuerpo precisamente porque el cuerpo está inanimado; la idea del alma como forma del cuerpo la ha explicado en el Congreso el profesor Paul Vitz en su ponencia de una manera que creo que fue muy buena para indicar realmente cómo esa realidad de la forma del cuerpo, que es el alma, no se puede entender simplemente de un modo exterior, sino que tiene que ver con una realidad que le da una identidad: la identidad del hombre. Y por eso el cuerpo de alguna manera nos unifica, y el alma nos identifica.
zenit: ¿De diferente forma sucede en lo que llamamos alma en un animal irracional, que también anima ese cuerpo pero acaba con él?
JJ. Pérez Soba: En la medida que el alma humana es espiritual se entiende que tiene un principio que se sostiene a sí mismo. En definitiva, para la salud del hombre, tiene este que volver al inicio, pero con lo que es una promesa de un futuro mayor. Y esa realidad que une, es la esperanza, la esperanza de ser, y lo que une la realidad de la tierra con la promesa del cielo es la salvación del hombre.
zenit: En el ámbito del ser del hombre, cómo enlaza la antropología con un estado de salud mental de la persona?
JJ. Pérez Soba: No puede quedarse el hombre en sí mismo. Solo en la medida que esa salvación que le decía sea una realidad podrá entenderse la salud mental. No puede estar centrado en sí mismo el hombre, no puede estar fuera de sí mismo tampoco , sino que se encuentra a sí mismo en el momento de darse, se encuentra a sí mismo en algo que es seguro porque ya lo ha recibido. Y es esa realidad de un amor recibido que permite darnos a nosotros mismos, es allí donde está la salvación y donde está también la salud mental.
*Jordi Picazo es filólogo y escritor, y está colegiado como periodista en España y Reino Unido.