Sínodo: La fe en el Espíritu es más fuerte que el miedo al error

8ª Congregación general

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(ZENIT – 13 oct. 2019). Con la octava Congregación general, celebrada el sábado 12 de octubre de 2019 por la tarde, concluye la primera de las tres semanas del Sínodo Especial para la Región Panamazónica. El Papa estaba presente en la sala y 166 padres sinodales participaron en la Asamblea, informó Vatican News.

«La centralidad de Cristo para la misión de la Iglesia en la Amazonía» fue uno de los temas tratados en esta 8ª Congregación general con la pregunta: ¿cuántos conocen el Evangelio? Central de hecho debe ser el anuncio de la Buena Nueva y no sólo en la Amazonía, sino en todo el mundo. Nunca se evangeliza a sí mismo. Por esta razón, la Iglesia tiene muchos desafíos pastorales y capaces de dar testimonio de la alegría de la evangelización.

Reflexión sobre el celibato y el sacerdocio

La propuesta de los viri probati ha vuelto a ser tratada en más de una intervención. En algunas contribuciones se ha evidenciado que la falta de vocaciones no es un problema solo amazónico. Por lo tanto, ¿por qué hacer excepciones exclusivamente para esta región?

Se ha sugerido que se dedique un sínodo específico a este tema. Se ha observado que muchos cristianos dicen que han sido acogidos por las culturas indígenas precisamente por su celibato. Además -se ha dicho- el mundo actual ve el celibato religioso como el último baluarte que debe ser demolido bajo la presión de una cultura hedonista y laicista.

Por lo tanto, es necesario reflexionar cuidadosamente sobre el valor del celibato. Luego están los que han definido como inevitable y deseable para la Amazonía la reflexión sobre nuevos modelos de admisión al sacerdocio. En efecto, para favorecer el envío de sacerdotes de otras diócesis y regiones, se recomienda la propuesta de ordenar a sabios de probada fe religiosa. Tal hipótesis no afectaría a la comunión en la Iglesia, ni socavaría el valor del celibato. Según algunos, representaría un paso decisivo para conseguir un ministerio ordenado no de visita, sino de presencia.

No se trata solo de encontrar respuestas a la falta de vocaciones, sino para expresar una iglesia con una identidad amazónica. Este sínodo, se ha sugerido, debería sentar las bases para un nuevo paso porque la fe en el Espíritu Santo debe ser más fuerte que el miedo a cometer errores.

Más mujer, contra todas las formas de clericalismo

El tema de la mujer en la Iglesia volvió a debatirse también en la tarde del sábado, con la presentación de mayor responsabilidad pastoral y participación femenina efectiva, también en el ámbito de toma de decisiones. Fue invocado un discernimiento para el establecimiento del diaconado femenino en la región.

De hecho, hoy las mujeres han adquirido cada vez más espacio en la vida de la comunidad, no sólo como catequistas o madres, sino también como posibles sujetos de nuevos ministerios. Además, la presencia de la mujer, en el signo de la reconciliación y de la alianza, sienta las bases de una Iglesia menos clerical. De hecho, aún hoy el clericalismo en la Iglesia está presente y dificulta el servicio, la fraternidad y la solidaridad.

En la escucha del Espíritu Santo, conéctense unos con otros

Un Sínodo en constante escucha del Espíritu Santo. Se ha sugerido que esta actitud siempre debe guiar e inspirar la urgente conversión ecológica necesaria para contrarrestar la destrucción ambiental que amenaza al planeta. La creación está de hecho confiada a nuestro cuidado y la Amazonía es el jardín más bello y vital del planeta. Desgraciadamente, corremos el riesgo de convertir este «paraíso terrenal» en un «infierno» que podría privarnos de su patrimonio indispensable a causa de los incendios.

Caminar juntos significa escuchar «la agonía de la Madre Tierra» y tomar nota de la «violencia del extractivismo etnocida». El llamado de las organizaciones indígenas amazónicas es a revertir el curso para evitar caídas en un acantilado. Todos estamos conectados entre sí. «Buen vivir» no significa lujo y bienestar, sino estar conectado con el prójimo, con la tierra. Hay que rechazar la fragmentación de la existencia humana y condenar la disparidad de las condiciones sociales.

La globalización, aunque ha traído beneficios innegables a la vida de las personas, ha abierto la puerta al capitalismo salvaje y al materialismo que han aumentado el consumismo extremadamente dañino. En el mundo desarrollado, se dice estar pagando a bajo precio los productos que se fabrican al precio de la sangre de los pueblos indígenas. De ahí la llamada a un estilo de vida sencillo, a una conversión ecológica que abarque un comercio más justo en nombre de la justicia y la paz.

El rostro indígena de la vida religiosa

Se pidió que se prestara una atención constante al sufrimiento de los pueblos indígenas, cuya existencia en la región el Amazonas es soberano. Descubrir las semillas del verbo en la cultura y la tradición de la región significa reconocer que Cristo ya vive en el pueblo a evangelizar. El Evangelio, en efecto, no es patrimonio exclusivo de una cultura. Este enfoque favorecerá la existencia de una Iglesia indígena y amazónica.

Pidió que se estableciera una nueva estructura regional que fuera un vehículo para las experiencias positivas de trabajo en red adquiridas en la fase presinodal y las novedades inspiradas por el Espíritu durante este Sínodo. También se destacó el precioso ejemplo de la vida consagrada, que en la Amazonía adquiere un rostro indígena. Religiosos y religiosas luchan juntos por los derechos de los pueblos y sienten la llamada a profundizar y combinar cada vez más, a través de la formación continua, la cultura indígena y la espiritualidad cristiana, promoviendo una ecología integral que proteja al hombre y a la naturaleza.

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ZENIT Staff

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