(ZENIT – 19 nov. 2019).- Desde el pasado jueves, 14 de noviembre de 2019, la iglesia de San Miguel Arcángel en Masaya (Nicaragua), se encuentra sitiada por la Policía Nacional y paramilitares y la catedral de Managua fue invadida y profanada ayer, 18 de noviembre.
El día 14, según medios locales, estaba previsto celebrarse una Misa en dicho templo para pedir por los presos políticos. Cuando comenzó a llenarse el templo la Policía Nacional creó un muro de 300 metros, impidiendo la entrada y salida del mismo. Dentro quedaron atrapadas 10 mujeres madres de los prisioneros políticos, el sacerdote Edwin Román y un asistente.
A partir de entonces, de acuerdo a la misma fuente, las madres de familia comenzaron una huelga de hambre pidiendo la liberación de sus hijos. Las autoridades del país reaccionaron quitando los servicios básicos de agua y luz.
Esta postura ha sido condenada por la Arquidiócesis de Managua, Masaya y Carazo, así como por la OEA y el Gobierno de España, indica Vatican News.
Declaraciones del cardenal Brenes
Efectivamente, en unas declaraciones emitidas por el Canal Católico de Nicaragua el pasado domingo 17, el cardenal arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, remitió a la nota de prensa del viernes en la que el arzobispado condenaba el acoso a la citada parroquia y la supresión del agua y la luz. Asimismo, solicitó que las entidades encargadas de dichos servicios básicos los restablezcan como “gesto de humanidad”.
El domingo, el padre Edwing Román celebró también la Eucaristía con las madres de los presos políticos.
Ataque a un sacerdote y una religiosa
Por otra parte, en un comunicado difundido ayer, la arquidiócesis de Managua describe como grupos violentos afines al Gobierno entraron y tomaron control de la catedral de Managua.
Al ser increpados por el padre Rodolfo Sanchez y sor Arelys Guzmán, estas personas actuaron con violencia, golpeando al sacerdote y a la religiosa, que se encuentran bien pero tuvieron que salir del templo para evitar los ataques.
Igualmente, por la noche, personas de este grupo rompieron los candados del templo y profanaron la catedral.
Condena de los hechos
En su nota, la archidiócesis condena estos hechos “de profanación, asedio e intimidación que no abonan a la paz y a la estabilidad del país” y piden al presidente Daniel Ortega que tome “acciones inmediatas para que se respeten todos nuestros templos católicos”.
Igualmente, exigen a la Policía Nacional que retire sus efectivos del asedio e intimidación sufridos en la catedral y de las parroquias.
Continúa la huelga de hambre
De acuerdo al mencionado medio vaticano, las madres de los prisioneros políticos que están retenidas en la parroquia han comunicado que no suspenderán la huelga de hambre hasta que no se produzca la liberación de sus hijos.
Para el cardenal Brenes, se trata de «una intención muy hermosa, toda madre clama por la libertad de sus hijos, y nosotros oramos para que este clamor sea escuchado. Así como en las sagradas escrituras está la palabra ‘escucha Israel’, estoy seguro que el Señor escuchará, y también las autoridades».
Por otro lado, los medios locales, mediante un audio grabado por una de las madres, expusieron que todas estas mujeres presentan ya signos de debilidad debido al ayuno mantenido. El sacerdote, diabético, ostenta síntomas de deshidratación.