(ZENIT – 22 nov. 2019).- El obispo Jose Pradhan, responsable de los religiosos del país, ha agradecido al Papa Francisco su visita: «Es un gran honor para mí presentarle esta asamblea compuesta de alrededor de mil personas», entre las que se encuentran sacerdotes, religiosos y religiosas, personas consagradas, seminaristas, novicios y catequistas.
El grupo de consagrados tailandeses se han encontrado con el Pontífice en la parroquia de San Pedro, en el distrito de Vat Roman, en Tha Kham, en Bangkok. Fundada en 1840, originalmente construida con bambú, fue reconstruida en 1970 en un estilo moderno, y de nuevo en 1989 a causa de un incendio.
Desde los primeros comienzos de la Iglesia, «cuando dos misioneros dominicos sembraron las semillas de la fe en nuestra madre patria, religiosos y religiosas, tanto locales como misioneros, han ido jugado un papel importante en la vida de la iglesia», ha narrado el prelado.
«Vela encendida por Cristo»
«Son como una pequeña vela encendida por Cristo en favor de los pobres, la gente vulnerable y excluida», ha descrito Mons. Pradhan. La evangelización empezó en el año 1669 y «ha continuado a responder a los signos de los tiempos hasta el momento presente».
Actualmente, hay 35 congregaciones de religiosas con 1.378 miembros, 22 congregaciones de religiosos con 456 miembros, 7 Sociedades de Vida Apostólica con 41 miembros, además de 3 órdenes monásticas con 164 miembros.
«Humildemente le pedimos que comparta con nosotros sus palabras llenas de sabiduría para iluminarnos y guiarnos en nuestro caminar sirviendo a Dios y a su pueblo con el ejemplo que nos da la vida de Cristo Jesús, su hijo», ha agradecido al Santo Padre su visita a Tailandia, para conmemorar el 350 aniversario de la fundación de la Iglesia Católica en Siam.
Como católicos tailandeses, somos parte del continente asiático en el que la gente se siente orgullosa de sus valores religiosos y culturales, que incluye el aprecio al silencio y a la contemplación, la simplicidad de vida, la armonía, el desapego de lo material, el amor por la paz y la no violencia, el trabajo duro, la disciplina, la vida frugal, la sed por el saber y el cuestionamiento filosófico.
Cambios en la sociedad
Mons. Jose Pradhan ha destacado dos factores que la sociedad tailandesa ha experimentado en estos últimos años, con «efectos positivos y negativos». Muchas personas se enfrentan con dificultades económicas, culturales y morales debidas a razones que tienen que ver con la pobreza, la falta de oportunidades y otras dificultades personales de varios tipos. Este contexto afecta a las familias y sus valores.
El segundo factor es que Tailandia se está convirtiendo en una sociedad de personas mayores con todos los todos los desafíos que este cambio social trae consigo. «Así que debemos prestar más atención al trabajo pastoral con la gente mayor, especialmente con aquellos que se quedan solos en sus casas», ha observado.
Sociedad de Misiones Extranjeras
La Iglesia de Tailandia se está enfrentado a una situación similar a la otros países en el mundo, «es la crisis de una disminución de vocaciones», ha comentado. «A pesar de ello, seguimos trabajando juntos como Iglesia en la proclamación de la Buena Nueva».
En este sentido, ha añadido, la Conferencia Episcopal de Tailandia ha tenido la satisfacción de establecer la Sociedad de Misiones Extranjeras de Tailandia (Thai Mission Society: TMS) para aliviar con nuestros sacerdotes y religiosos las necesidades de los países vecinos. Es interesante notar que contamos con un creciente número de candidatos en esta sociedad misionera.
Talitha Kum Tailandia
Vemos que la Iglesia hace una labor educativa importante, tanto formal como informal, tanto con la gente de la ciudad como con la gente del campo. Vemos cómo la Iglesia trabaja de una manera efectiva en la promoción de la dignidad humana enfrentándose al desafío del tráfico de personas por medio de la asociación Talitha Kum Thailand. Vemos cómo la Iglesia presta una atención especial a los niños, especialmente los que son pobres o han sido abandonados. Vemos cómo la Iglesia promociona y ayuda a las mujeres, especialmente a madres solteras, trabajadoras en el comercio sexual, y aquellas que sufren abusos. Vemos a la Iglesia ofreciendo atención médica, sirviendo con compasión expresada de muchas diferentes maneras. Vemos a la Iglesia acompañando a la juventud, reconociendo que son un grupo esencial en nuestras comunidades y que reclaman nuestra atención para ser ayudados en la construcción de la iglesia del futuro.
«Santidad, la Iglesia de Tailandia presta sus servicios en una gran variedad de ministerios», ha apreciado el obispo tailandés. «Lo mucho que hacemos no es lo que importa, lo que importa es que somos testimonio vivo del amor de Dios, de su compasión y de su justicia en medio de la sociedad».