(ZENIT – 20 enero 2020)-. El pasado domingo, 19 de enero de 2020, el cardenal Michael Czerny tomó posesión como párroco titular de San Miguel Arcángel, en Roma, informa Vatican News.
El acto consistió en una ceremonia especial seguida de la celebración de la Misa en la citada iglesia, situada en el barrio romano de Pietralata, a las afueras de Roma.
Este título le fue concedido a Mons. Czerny, jesuita, por el Papa Francisco cuando fue nombrado cardenal, en el Consistorio del pasado 5 de octubre de 2019.
El acto
De acuerdo al medio vaticano, el encuentro comenzó con una procesión de entrada el templo, a la que asistieron numerosos feligreses de la comunidad.
El padre Gianmarco Merlo, párroco, hizo la presentación oficial del cardenal a todos los fieles presentes, tras la que se produjo el tradicional asperges (bendición con agua a los fieles) y una adoración en el altar.
A continuación, se leyó el decreto de titularidad de la parroquia. Después de la Misa, en la sacristía, se firmó la toma de posesión entre el cardenal y el párroco, en la que miembros de la comunidad ejercieron como testigos.
Experiencia vital con la migración
Durante su homilía, el cardenal afirmó que “la asignación de una iglesia en Roma a un nuevo cardenal en diaconía por parte del Santo Padre es un signo de participación en la preocupación pastoral del Papa en la ciudad que, con él, se extiende por toda la tierra a todos los pueblos”.
Del mismo modo, habló sobre cómo “en la primera lectura el profeta Isaías expresa una promesa y un compromiso, que siento dirigido a mí. El Señor me ha dicho: ‘Tú eres mi siervo, Israel, sobre el cual manifestaré mi gloria’. Ahora me ha hablado el Señor, que ha formado a su siervo desde el vientre de su madre para llevarle a Jacob e Israel, pues yo había sido honrado por el Señor y Dios había sido mi fuerza”.
Cruz pectoral
Igualmente, aludió a la presencia de la migración y de los migrantes en su vida. En este sentido, contó que su cruz pectoral fue hecha por el artista siciliano Domenico Pellegrino: “Tomó la madera de los restos de un barco utilizado por los migrantes para cruzar el Mediterráneo desde el norte de África en un intento de llegar a Lampedusa. La madera nos recuerda la cruz en la que Jesús, el Hijo de Dios, fue crucificado para quitar los pecados del mundo”.
“El origen de la madera refleja la huida de mi familia y mis responsabilidades actuales en la Sección de Migrantes y Refugiados. Las grietas en la pintura roja y en la madera recuerdan las heridas, el sufrimiento, la sangre derramada en la crucifixión de Cristo, que se renueva cada vez que el mundo olvida la compasión y la justicia. El color más claro – en la parte superior – indica la resurrección de nuestro Señor y Salvador y la plenitud de vida que Él ha venido a traer”, describió.
Escudo de armas
Después relató la huida de su familia de la Checoslovaquia de la posguerra, que llegó a Canadá por barco en el año 1948: “Esta experiencia de vida nuestra fue prematuramente inmortalizada en el Viaje a Egipto pintado sobre vidrio por mi abuela materna, Anna Hayek Löw”.
De este modo, describió, “mi escudo de armas muestra un barco con una familia de cuatro personas – una imagen de muchos refugiados y migrantes que hoy en día viajan en barco. La barca es también una imagen tradicional de la Iglesia como la Barca de Pedro, que tiene el mandato de Nuestro Señor de ‘recibir al extranjero’ (Mateo 25:35), independientemente de donde se encuentre la Iglesia”.
Además, añadió, “como símbolo del movimiento de El Arca, el barco recuerda las obras de misericordia a todos los excluidos, olvidados o desfavorecidos. El sol dorado sobre la barca es el sello de la Compañía de Jesús – los jesuitas. Y el fondo verde recuerda la Encíclica del Papa Francisco Laudato Sí’, que nos invita a todos a cuidar el bienestar de la creación, nuestra casa común”.
Agradecimiento
El párroco de San Miguel Árcangel subrayó que el nombramiento del cardenal Czerny “es para nosotros un signo de continuidad de la atención que el Papa Francisco ha puesto en esta parroquia, que visitó hace cinco años”. Y es “un don del Espíritu Santo que ‘desciende y permanece’ (como dice el Evangelio de hoy) en nosotros como fuente de comunión fraterna y de atención a las necesidades de la Iglesia universal; todo lo cual se ve reflejado muy bien en la tarea eclesial del cardenal”.
El purpurado, por su parte, expresó su agradecimiento por la concesión del título de la consabida iglesia, así como a su párroco y a todos los miembros de la comunidad que acudieron a recibirle y darle la bienvenida.
Tras la Eucaristía, según la misma fuente, tuvo lugar una recepción organizada en la misma parroquia.