(zenit – 7 feb. 2020).- Pidamos al Señor que nos envíe “alguna humillación” para “hacernos humildes”, para “imitar mejor a Jesús”, ha exhortado el Papa Francisco esta mañana, 7 de febrero, en la celebración de la Misa en la capilla de la Casa Santa Marta.
“No tengamos miedo a la humillación”. El Santo Padre, reflexionando sobre el Evangelio de hoy según San Marcos, ha insistido en que “no se puede ser humilde sin humillación”, llamando a los cristianos a aprender del «mensaje» de la Palabra de Dios de hoy. Y ha advertido a los sacerdotes contra este peligro: “Si un pastor no sigue este camino, no es un discípulo de Jesús: es un escalador en sotana”.
“Cuando tratamos de mostrarnos, en la Iglesia, en la comunidad, para tener una posición o algo más, ese es el camino del mundo, es un camino mundano, no es el camino de Jesús. Y esta tentación de escalar también puede ocurrir a los pastores: ‘Esto es una injusticia, esto es una humillación, no puedo tolerarlo’”, ha comentado.
Jesús y san Juan
Así, el Obispo de Roma ha explicado cómo Juan el Bautista fue enviado por Dios para “mostrar el camino”, “el camino” de Jesús. El “último de los profetas”, tuvo la gracia de decir: “Este es el Mesías”, ha recordado.
Jesús en el Huerto de los Olivos y Juan en prisión, tentado por la “carcoma de la duda” de si Jesús era realmente el Mesías, ha narrado. Ambos “terminan de la manera más humillante: Jesús con la muerte en la cruz, «la muerte de los más bajos criminales, terrible física y también moralmente”, “desnudo ante el pueblo” y “a su madre”, y Juan el Bautista “decapitado en prisión por un guardia” por orden de “un rey debilitado por los vicios”, “corrompido por el capricho de una bailarina y el odio de una adúltera”, en referencia a Herodías y su hija.
Tanto Jesús como Juan “nos muestran el camino que los cristianos debemos seguir”, ha indicado Francisco. De hecho, en las Bienaventuranzas se enfatiza que el camino es el de la humildad.