(zenit – 22 abril 2020).- El presidente francés Emmanuel Macron se reunió ayer, martes 21 de abril, con el Papa Francisco en primera instancia y con representantes de asociaciones religiosas y seculares de Francia en segunda instancia, vía telefónica, informa Vatican News.
Se trató de un encuentro para mantener el diálogo entre las autoridades públicas y las religiones en el contexto del confinamiento de la población debido a la pandemia de COVID-19.
Llamada telefónica al Papa
De acuerdo al Elíseo francés, una hora antes la reunión con los representantes religiosos, Emmanuel Macron y el Papa Francisco dialogaron durante cuarenta y cinco minutos. El Papa Francisco se comunicó en español.
La Presidencia francesa indica que ambos líderes subrayaron su convergencia de puntos de vista sobre la tregua universal, la anulación de la deuda, la solidaridad internacional y Europa.
Asimismo, al principio de la conversación telefónica, Emmanuel Macron renovó su invitación al Papa para que viaje a Francia.
Encuentro con representantes religiosos
La llamada telefónica entre el presidente de la República Francesa y representantes de denominaciones religiosas y asociaciones seculares duró aproximadamente hora y media.
Este intercambio se ha producido un mes después de otro de carácter similar, pues Macron deseaba conocer cómo se percibían las medidas de contención y escuchar las observaciones sobre los siguientes pasos desde el punto de vista de los líderes del culto.
Presidente de la Conferencia Episcopal Francesa
Entre los participantes en la misma se encontraba el arzobispo de Reims y presidente de la Conferencia Episcopal Francesa (CEF), Mons. Eric de Moulins-Beaufort, en representación de la Iglesia Católica.
También estuvieron presentes el ministro del Interior y Asuntos Religiosos, así como un representante del Consejo Científico y otro del Consejo Nacional de Ética.
Semana Santa
En declaraciones al citado medio vaticano, Mons. de Moulins-Beaufort, manifiesta que el mandatario francés es consciente de que la prohibición de reunirse constituye “una dificultad, un dolor, una complicación” para todos los fieles y para los miembros del clero, así como de que esto mismo ocurre en el resto de las confesiones.
Con respecto a los católicos, el presidente de la CEF señaló que la Semana Santa resultó ser una situación excepcional “bastante interesante”, “que había despertado mucha creatividad” entre muchos. No obstante, al mismo tiempo, para otras personas había sido “una experiencia pesada y complicada”.
Pobreza y organizaciones benéficas
Del mismo modo, el prelado habló sobre “el deseo de volver a encontrar algunos contactos y relaciones”, consciente de las dificultades actuales y de las medidas sanitarias que deben respetarse.
El arzobispo de Reims destacó la atención del presidente a la gran pobreza que afecta particularmente a los migrantes indocumentados que trabajaban ilegalmente y que ahora se encuentran sin recursos.
Y se refirió a las organizaciones benéficas “que necesitan recuperar la oportunidad de actuar porque las necesidades son muy grandes”, manifestando su gratitud al no existir límite de edad a la hora de salir del encierro, ya que muchos pensionistas apoyan a estas asociaciones.
Capellanes de hospital
Por otro lado, el arzobispo de Reims aludió al tema de los capellanes de los hospitales. Dado que los planes de emergencia de los establecimientos hospitalarios han llevado a la remoción del personal no esencial, los capellanes se han visto privados del acceso a los enfermos.
No obstante, afortunadamente, desde hace unas semanas es más fácil para los capellanes ir a los hospitales y a las residencias de ancianos: “Este alivio de las limitaciones es beneficioso y permite mostrar que el ser humano no solo es un cuerpo que necesita ser cuidado, una psique que necesita ser tratada, sino que también es un ser espiritual, y que vivir la enfermedad, vivir la muerte, es un acto profundamente humano”.