(zenit – 8 mayo 2020).- Con motivo del Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, el Papa Francisco recordó a “las personas que trabajan en estas dignas instituciones”, e invocó “que el Señor bendiga su trabajo que hace tanto bien”, dijo al comienzo de la Misa matutina en su residencia, la Casa de Santa Marta.
Coincidiendo también con el día de la Súplica a Nuestra Señora de Pompeya, el Santo Padre ha celebrado la Eucaristía en el viernes de la cuarta semana de Pascua, 8 de mayo de 2020, destacando en su homilía que el Señor siempre consuela “en la cercanía, en la verdad y en la esperanza”.
Lecturas del día
Las lecturas elegidas para el día son del Libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 13, 26-33), relato en el que Pablo continuó su predicación en la sinagoga de Antioquía de Pisidia; y el Evangelio según San Juan (Jn 14, 1-6), pasaje en el que Tomás dice al Señor: “No sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?”, y Jesús le responde: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí”.
Los discípulos estaban apenados por la marcha de Jesús. Esta conversación, ha recordado el Papa, tiene lugar durante la Última Cena: “Jesús está triste y todos están tristes: Jesús dijo que sería traicionado por uno de ellos, pero al mismo tiempo comienza a consolar a los suyos”.
Pero, “¿cómo consuela al Señor?”, ha preguntado Francisco. “Es importante saberlo, porque también nosotros, cuando tengamos que pasar por momentos de tristeza en nuestras vidas debemos aprender a percibir cuál es el verdadero consuelo del Señor”.
“Estoy aquí con ustedes”
Así, el Pontífice ha aclarado que en este pasaje vemos que el Señor siempre consuela de tres maneras: “en la cercanía, con la verdad y en la esperanza”, estos son los tres rasgos de su consolación, y ha recordado las hermosas palabras del Señor: “Estoy aquí con ustedes”. El Señor consuela en la cercanía, ha señalado. “Y no usa palabras vacías, al contrario: prefiere el silencio. La fuerza de la cercanía, de la presencia. Y habla poco. Pero está cercano”.
Al mismo tiempo, ha advertido el Papa, no es fácil dejarse consolar por el Señor. “Muchas veces, en los malos momentos, nos enfadamos con el Señor y no dejamos que Él venga y nos hable así, con esta dulzura, con esta cercanía, con esta mansedumbre, con esta verdad y con esta esperanza”. Por ello, pidamos la gracia de aprender a dejarnos consolar por el Señor”, ha concluido.
Comunión espiritual
Al final de la liturgia eucarística, el Papa invitó a hacer comunión espiritual con esta oración:
“Jesús mío, creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo por encima de todas las cosas y te deseo en mi alma. Ya que no puedo recibirte sacramentalmente ahora, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como ya has venido, te abrazo y todas las cosas se unen a ti. No permitas que nunca me separe de ti”.
Como cada mañana, antes de salir de la capilla dedicada al Espíritu Santo, se entonó la antífona mariana Regina Coeli, que se canta durante el Tiempo Pascual:
Regina coeli, laetare, alleluia.
Quia quem meruisti portare, alleluia.
Resurrexit, sicut dixit, alleluia.
Ora pro nobis Deum, alleluia.
Reina del cielo alégrate; aleluya.
Porque el Señor a quien has merecido llevar; aleluya.
Ha resucitado según su palabra; aleluya.
Ruega al Señor por nosotros; aleluya.