(zenit – 9 junio 2020).- Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica exhortan a las autoridades responsables de elaborar y sancionar el Protocolo referido al “aborto terapéutico” a dar a conocer el contenido del mismo a la opinión pública antes de su aprobación.
A través de una carta dirigida al presidente de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Román Macaya, el presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica y arzobispo de San José, monseñor José Rafael Quirós, manifiesta que “actualmente, la gran mayoría de la ciudadanía desconoce los alcances y contenidos de dicho Protocolo que será aprobado por el Ministerio de Salud”.
Norma técnica
El arzobispo de refiere Norma Técnica para el procedimiento médico del “aborto terapéutico”, que vinculado con el artículo 121 del Código Penal, fue aprobada por el presidente de la República, Carlos Alvarado, el 12 de diciembre de 2019.
Efectivamente, el dirigente del país firmó el 13 de diciembre un decreto que contiene el “reglamento técnico” sobre la despenalización del aborto
Esta norma permitirá poner fin al embarazo en caso de violación, malformación del feto o riesgo para la madre. Tras la firma, el Ministerio de Salud, con el aval de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), obtuvo un plazo de seis meses para redactar dicho documento y sus protocolos de actuación.
En aquel momento, los obispos costarricenses expresaron su “contundente rechazo e indignación” por medio de un comunicado titulado “La vida humana es sagrada”. En él explican que dicha norma “contradice el sentimiento expresado, con total claridad, por un pueblo convencido de su amor a Dios y a la vida naciente”.
Transparencia
Dado que el cumplimiento del plazo para la presentación del Protocolo y la entrada en vigor de la Norma es inminente, en la citada misiva se indica que es de suma importancia “la transparencia en la toma de decisiones de las autoridades sanitarias” en materia del derecho humano fundamental a la vida y, en consecuencia, que “la ciudadanía, que convive en un régimen democrático participativo, tenga el derecho a expresar su opinión”.
“La vida humana es un don de Dios y nuestra responsabilidad es defenderla, conservarla y cuidarla desde el momento de su concepción hasta su término natural”, recuerda el presidente del episcopado.
Finalmente, el presidente del episcopado apunta que los obispos continúan “rogando a Dios en estos tiempos de pandemia debido a la COVID-19, por la vida humana y la salud integral que requiere de la solidaridad y del bien común”.