(zenit – 12 junio 2020).- “Este virus no nos va a parar, seguimos a tu disposición”. Con esta frase recibe al usuario el sitio web de la parroquia Santa María de Nazaret, una joven parroquia que se encuentra en una de las zonas más jóvenes de la ciudad de Madrid, el ensanche de Vallecas.
“Creatividad” y “solidaridad”, dos palabras muy usadas por el Papa Francisco en sus recientes oraciones, invocadas a raíz de la pandemia de COVID-19, han llevado al párroco de Vallecas, Fulgencio Espa, a crear un sistema de microcréditos con el apoyo de Cáritas. Estos sirven para ayudar en las necesidades más urgentes a personas que se han quedado sin ingresos y darles, a la vez, un impulso a su carrera profesional, recoge el semanario católico Alfa y Omega.
Los microcréditos están condicionados a que el beneficiario se deje acompañar durante un tiempo para que pueda alcanzar un trabajo en su sector profesional y ser autónomo, aclara el sacerdote.
Acompañar a los participantes
En conversación con Alfa y Omega, el padre Fulgencio pone un ejemplo: “Una mujer migrante médico que trabaja en el sector de los cuidados y del empleo doméstico porque nadie la ayudó al llegar a España a prepararse el MIR. Su vida hubiese sido muy distinta. Habrá otras personas cuya meta será alcanzar el Ingreso Mínimo Vital. Eso es lo que queremos hacer nosotros: llevar a la gente hasta donde pueda llegar. Porque hay gente con dos carreras, varios idiomas y limpiando en casas”.
Lo “capital” y “novedoso” del proyecto, según explica el párroco madrileño, es que clave del proyecto no es el microcrédito que se otorga a las personas que lo necesitan y cumplen unos requisitos, sino el acompañamiento. “Para ello necesitamos voluntarios muy cualificados, con formación universitaria y tiempo. Y eso no es fácil”, añade Espa.
De vecino a vecino
Cáritas ha invertido el presupuesto del proyecto, con la idea de que se vayan reinvirtiendo a medida que los beneficiarios vayan devolviendo los microcréditos, una vez ya puedan trabajar y tengan ingresos suficientes. Hasta el momento se han concedido cuatro.
En la misma línea, el párroco ha ideado otro programa de ayuda a los fieles, en este caso dirigido a “acompañar a las personas solas que necesitan alimentos”. La iniciativa se llama “De vecino a vecino”. A las personas que viven solas y que demandan alimentos, se les ha sacado del programa de reparto y se les entrega una tarjeta de 30 o 60 euros de Carrefour para que ellas se administren, e incluye un acompañamiento personalizado.