(zenit – 25 junio 2020).- Monseñor Bosco Vivas, obispo emérito de la diócesis de León, Nicaragua, falleció en la madrugada del pasado martes a los 78 años de edad.
Eran las 10:26 de la mañana del 23 de junio de 2020, la catedral de León en el occidente de Nicaragua redoblaba sus campanas, la sirena de la municipalidad sonaba y los fieles se aglomeraban en el atrio del templo, llegaba el cuerpo de Mons. Bosco Vivas Robelo, obispo 50 de la diócesis más antigua del país centroamericano y cuna de la devoción mariana.
Desde su sede episcopal, monseñor Sócrates René Sándigo, sucesor de Vivas, revestido solemnemente, esperaba el cuerpo de su hermano en el episcopado para realizar un responso a puertas cerradas.
Un hecho histórico en el que solo estuvieron presentes familiares, unos cuantos clérigos y los medios de comunicación católicos que informaban a través de una cadena nacional de radio y televisión.
“Monseñor Bosco Vivas, tuvo el cariño de tantos nicaragüenses que fueron testigos de su trayectoria de amor a la Santísima Virgen María a quien amó y entregó su servicio, lo despedimos con la esperanza puesta en que va a quedar en manos de la madre, entreguémoslo con confianza sabiendo que fue buen pastor cumpliendo su tarea hasta el final”, expresó monseñor René Sándigo.
Un magisterio mariano para la historia
En 8 de octubre de 1981 el papa san Juan Pablo II lo declaraba obispo auxiliar de la arquidiócesis de Managua, durante ese tiempo acompañó las necesidades de la iglesia local que era perseguida por el gobierno sandinista y que abiertamente acosaba a la jerarquía católica de la época.
En el año 2012, Bosco Vivas recibió de manos del Instituto Nicaragüense de Cultura (INC) el certificado oficial con el que la UNESCO declaró la catedral como parte de la Lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad, uno de los legados culturales más importantes del país.
En un país convulsionado por la violencia y la falta de políticas que garanticen el pleno ejercicio de la democracia, el prelado escribió su magisterio mariano que fue publicado en varias ocasiones. En él abordó diferentes temas de la realidad nacional, destacando entre ellos su enérgico llamado al Gobierno de Arnoldo Alemán para que atendiera el deslave del cerro Casita que provocó el huracán Micht en 1998.
Obispos se pronuncian
Para el cardenal Leopoldo Brenes, la muerte de monseñor Bosco Vivas fue causa de un sentimiento de dolor: “Ha sido un dolor grande, tenemos que darle gracias a Dios por habernos dado un sacerdote que amaba a la Santísima Virgen”, dijo el presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua en una Misa transmitida por el canal católico.
Mientras tanto, monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, expresó su cercanía con la familia del prelado fallecido a través de su cuenta en Twitter. Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, afirmó a través de redes sociales que los obispos oraron por él “durante su enfermedad y ahora oramos por su fallecimiento”.
A monseñor Bosco Vivas, dentro de sus encargos pastorales, se le recuerda como presidente y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua y presidente de la Comisión de Familia y Vida del episcopado.